Superar la operación Artemisa, la cual afectó la confianza en los Acuerdos Políticos de Voluntades, hacerle frente a la pandemia, empezar casi de cero y ser blanco de amenazas por parte de grupos al margen de la ley, son algunas de las realidades que han tenido que vivir los pueblos que habitan dentro del Parque Nacional Natural La Paya en el municipio de Puerto Leguízamo, en el departamento del Putumayo, quienes le apuestan a una nueva temporada de diálogos con objetivos comunes: cuidar su cultura, la biodiversidad y poder vivir en armonía con la naturaleza. 

Las comunidades Indígenas del Pueblo Murui y COREGUAJE realizaron la apertura con las autoridades tradicionales mediante el Mambe y el Ambil, esto para darle continuidad al comité directivo.
“En el 2015 por primera vez firmamos un Acuerdo Político de Voluntades (APV), este instrumento era nuestra hoja de ruta para avanzar en la construcción de acuerdos de manejo y Regímenes Especiales de Manejo (REM), que tienen por objetivo conservar nuestra cultura, proteger el territorio y la biodiversidad además de gobernar, pero lastimosamente todo se fracturó”,

estas son las palabras de Andrea*,de uno de los resguardos asentados en el Parque Nacional Natural La Paya en el municipio de Puerto Leguízamo, ella participó en el Comité Directivo que se realizó entre el 22 y 25 de mayo de 2024 en la maloca de ACILAPP (Asociación de Autoridades Tradicionales y Cabildos de los Pueblos Indígenas del municipio de Puerto Leguízamo y alto resguardo predio Putumayo) y en la sede La Paya, para llegar a acuerdos que se encaminan a la conservación.

En sus inicios fueron acuerdos de convivencia que estaban basados en los principios de las comunidades y en el equipo de Parques.
En este comité directivo participaron cuatro pueblos indígenas: Murui -Muina, Kichwa, pueblo Ziobain y Coreguaje (de 18 resguardos indígenas) con sus autoridades tradicionales y respectivos gobernadores. Por su parte, desde Parques Nacionales Naturales de Colombia (PNNC) se contó con la presencia del director Luisz Olmedo Martínez, Jenny Cueto, directora territorial de Amazonia y el equipo técnico de La Paya, para prestar atención a los requerimientos de las comunidades y poder llegar a acuerdos comunes para la protección del medioambiente y el buen vivir de las personas. Como antesala a los diálogos, ACILAPP realizó su ritual espiritual en el cual se limpiaron los aires, se bendijo la palabra y se le dio apertura al espacio de conversación para que los dioses dieran entendimiento y aquietaran el espíritu de los participantes.

Al unísono los pueblos pronunciaron ¡Jum!, con esto se dio inicio a la sesión y se abrió paso para que cada gobernador hiciera un contexto de la situación de sus resguardos y las necesidades. Salió a relucir la falta de recursos para construir una escuela, indumentaria y gasolina para poder hacer control y vigilancia en el Parque y la caracterización territorial por mencionar algunos. Todos los pueblos fueron enfáticos en la Campaña Artemisa, la estrategia militar promovida por el gobierno del expresidente Iván Duque para combatir la deforestación en las zonas de especial interés ambiental, la cual en 2019 marcó una diferencia en los diálogos que avanzaban con Parques Nacionales Naturales de Colombia.

“No se tuvo en cuenta los acuerdos y la relación que teníamos con Parques, así irrumpieron en La Paya quitando la tranquilidad”,

aseguraba uno de los líderes del territorio. Los señalamientos, las amenazas y los eternos interrogatorios por parte de los grupos armados de la zona han sido el diario vivir que las comunidades indígenas, al igual que los guardaparques, soportan.

“Nosotros no sabíamos de esa operación, nos llamaban a preguntarnos cómo era el trabajo con la gente de parques y ahí nos echaban el ojo”,

aseguraba Andrea*. Las consecuencias de la Campaña Artemisa también afectaron al equipo de Parques Nacionales Naturales de Colombia que a la fecha no puede ingresar al Parque Nacional Natural La Paya y tampoco hacer uso del uniforme por seguridad.

Una mirada retrospectiva

Los diálogos con las comunidades que habitan dentro del Parques Nacionales Naturales La Paya llevan un proceso de más de 15 años, en sus inicios fueron acuerdos de convivencia que estaban basados en los principios de las comunidades y en el equipo de Parques, de ahí que fortalecer las relaciones fue la prioridad.

“Estaba el descontento de las comunidades indígenas con Parques por el tema del área protegida, ellos manifestaban que no se les tenía en cuenta en los procesos y no querían trabajar con nosotros”,

dice el Jeferson Rojas Nieto, jefe del Parque Nacional Naturale La Paya. 

Para superar esta inconformidad, desde Parque Nacional Natural de Colombia se dieron a la tarea de dialogar para dejar claras las intenciones desde la entidad y evidenciar que su apuesta es por la protección de los ecosistemas y a la par el buen vivir de las personas. De ahí, que entre conversaciones se dio lugar a recorridos por el río Cauca, ya que era víctima de acciones extractivas a las cuales se le hizo frente en un trabajo conjunto (durante 5 años) entre las comunidades y Parque Nacional Natural de Colombia. El resultado:

Mujeres cosechando en la Chagra tradicional, resguardo Lagarto Cocha, del pueblo Murui Muina. Fuente: Cristhian Pimiento.
Río Caqueta resguardo jiri jiri Parque Nacional Natural La Paya
“logramos recuperar el río, lo recuperamos de cazadores y extractivismo”,

enfatizaba el jefe de La Paya.

En estos ejercicios, también se pudo adelantar una parte del reconocimiento del territorio y la caracterización para saber qué es lo que se cuida en el Parque y el aporte de los indígenas. Como señalan las autoridades indígenas, esos Acuerdos Políticos de Voluntades marcharon bien durante unos tres años, pero luego todo se quedó quieto por los incumplimientos por parte de otras entidades, la Campaña Artemisa y las consecuencias de la pandemia del COVID-19.

En el proceso, faltó darle continuidad con ACILAPP: al fortalecimiento de la gobernanza, la formación técnica e intercultural para el cuidado, uso y manejo del territorio traslapado con el Parque Nacional Natural la Paya y la implementación de la coordinación para la prevención, control y vigilancia en el marco del ejercicio de autoridad ambiental. Con ACIPS: a la implementación de las instancias de coordinación desde el 2021, financiamiento e implementación del plan de acción.

En el 2021, se realizó el tercer Comité Directivo para avanzar en el camino y en donde el clamor de las comunidades se enfocaba en la seguridad y el derecho a la vida.

“Los grupos armados no dan tregua, la presión es constante. Nosotros necesitamos garantías para cuidar nuestra vida y la naturaleza y así encaminar los procesos”,

señalaba Fabio Andrés Álvarez del resguardo Jirijiri. Procesos que, una parte tienen que ver directamente con el quehacer de Parques Nacionales Naturales de Colombia, pero otros se salen totalmente de su campo de acción como lo es el orden público, que hoy sigue siendo una amenaza latente en este territorio.

El Parque Nacional Natural La Paya es el único lugar en la tierra donde comparten un mismo territorio los pueblos indígenas Murui-Muina, Zio Bain, Kichwa y Korebajü. La totalidad del área protegida se encuentra traslapada con el territorio ancestral y tradicional, también con territorios legalmente constituidos de estos pueblos.

Luisz Olmedo Martínez, director de PNNC, durante el Comité Directivo que se realizó entre el 22 y 25 de mayo del 2024 en Puerto Leguízamo, Putumayo.
Armonización del espacio de diálogos por parte de la Asociación de cabildos indígenas del pueblo Siona.

Encaminar los procesos

Pese a los señalamientos y con la fe intacta como dicen ellos, decidieron darle otra oportunidad a los diálogos que tuvieron sus inicios en el 2015. En esta ocasión la expectativa estuvo alta, el regreso de un director, en este caso Luisz Olmedo Martínez, marcó un punto de partida para que a los acuerdos que se pactaran se les diera el debido manejo y seguimiento para ir avanzando o corrigiendo en el camino.

“No todo ha sido malo, hay que reconocerlo, por eso la idea de estar nuevamente aquí sentados es para revisar lo que funciona y lo que no, y claro, destacar que nunca hemos dejado de trabajar: que con o sin recursos seguiremos cuidando el territorio”,

asegura Edison Gómez, gobernador del resguardo Jirijiri.

Durante los tres días, más de 100 personas participaron en las conversaciones en las que se evaluaron los logros alcanzados hasta el momento y los retos futuros, un ejercicio para aprender de los errores y los aciertos.
“Los análisis que nos han presentado desde los resguardos nos permiten afirmar nuestro compromiso con el territorio y seguir acompañándolos en esta ruta de gobernanza. Estoy muy feliz de estar aquí y conocer un poco más de estos procesos para trabajar de la mano para conservar su Parque”,
dijo el director Luisz Olmedo Martínez. Ya con propuesta en mano, cada asociación entró a negociar con el comité directivo, una conversación que tuvo sus puntos álgidos, de diferencia, pero que al final encontraron la ruta para llegar al acuerdo.  

Los Acuerdos


Con ACILAPP se acordó: fortalecer las estructuras de gobierno propio, desde lo organizativo y comunitario, además de garantizar su operatividad en el área protegida, consolidar instrumentos de gobierno propio para avanzar en la construcción de un protocolo conjunto acorde con las necesidades del área protegida y la asignación presupuestal para ejecutar los Acuerdos Políticos, esto se financiará con recursos del Fondo para el Medio Ambiente Mundial (GEF).

Comité coordinador del Acuerdo Político de Voluntades ACIPS *pueblo Ziobain.

Por su parte con ACIPS, conformado por los resguardos El Hacha, Bajo Casacunte, Cabildo de Gaoya, Jaisa Yabain y El Tablero, se llegaron a acuerdos en dos líneas: ordenamiento ambiental y cultural para la administración, uso y manejo del territorio Zio Bain, gobernabilidad y justicia propia. Así, los compromisos establecidos fueron presentar propuestas de manera conjunta frente a las problemáticas de riesgo público en el marco del Plan de Acción de la Alerta Temprana 007 de la Defensoría del Pueblo y los instrumentos de planeación, gestión y manejo del área protegida.

“Nosotros quedamos conformes, retomar los acuerdos es una oportunidad para avanzar en las gestiones de conservación, esto implica que tendremos recursos tanto humanos como físicos para proteger nuestros recursos naturales y salvaguardar el territorio”,

explicaba José Sneider Yaiguaje, presidente de la Asociación de cabildos indígenas del pueblo Siona, que representa la coordinación con el Resguardo el Hacha, Resguardo Bajo Casacunte y el Cabildo Goa del pueblo Siona (ACIPS). Él junto a los resguardos, conserva la flora y fauna que se encuentra en La Paya, también cuidan de los ríos, las quebradas y los sitios de importancia cultural como los salados.


Son gente del Yagé, su cultura gira en torno a esta planta sagrada, en las chagras tienen diversidad de especies de plantas, entre ellas varias medicinales, para cuidar de la salud y velar por su alimentación tanto física como espiritual. Se definen como un pueblo fuerte, que cuida sus costumbres y que tiene la convicción de proteger el territorio, su relación con PNNC inició en 2015:

“entendimos que es mejor trabajar en forma conjunta para conservar el territorio que ha cambiado a causa de la presencia de petroleras, multinacionales y grupos armados. Con esto hemos perdido especies y algunas costumbres”,

enfatiza el presidente de ACIPS.

La importancia hídrica de esta región radica en que es atravesada por losríos Putumayo y Caquetá, conectores desde el Piedemonte hacia la planicie, que corren de occidente a oriente.

Preservar, conservar y velar por la protección del territorio

Son los objetivos claros en la mente de las comunidades que trabajan día a día para cuidar esos lugares estratégicos de La Paya, por ejemplo, Las Cochas -Lagunas, en donde se crían diferentes especies de peces y tortugas junto a plantas idóneas para su alimentación.

“Nuestro conocimiento ha pasado de generación en generación, no tenemos esto de forma escrita, pero lo sabemos hacer”,

dice Álvaro Cruz, facilitador del cabildo Puerto Rico, en las comunidades él ha ejercido como profesor de matemáticas y sistemas, también realizó varios semestres en matemática pura y ahora enseña en las comunidades, además de facilitar procesos de diálogo con Parques Nacionales Naturales de Colombia.

Mientras alterna los temas de enseñanza, también hace recorridos de monitoreo y vigilancia en los cuales observa animales como delfines, peces, águilas, garzas e igualmente identifica si ingresan al Parque personas foráneas que en muchas ocasiones llegan para extraer madera, cazar especies para comercializarlas y lucrarse del territorio.
“Ellos maltratan el territorio y nosotros en ese trabajo conjunto avisamos de las irregularidades para tomar acciones y entender qué dice la norma”,
afirmaba Álvaro Cruz, que se destaca por su constante aprendizaje y la necesidad de estar actualizado en temas ambientales.
Reunión en la sede La Paya con la asociación APKAC, *pueblo KICHWUA para llegar a acuerdos.

Se identificaron 341 especies de aves, 220 especies de peces, 148 especies de reptiles, 129 especies de mamíferos y 24 especies de anfibios.

A partir de ahí, entre los acuerdos se concretó planificar espacios de capacitación y construcción conjunta del proceso de restauración con enfoque biocultural y la contratación de un profesional para acompañarlos en los procesos de los Acuerdos Políticos de Voluntades. En palabras de Álvaro Cruz:

“esto es importante para nosotros, porque muchas veces no entendemos los alcances de las normas y queremos tener el conocimiento del tema ambiental que hoy nos atañe y también nos rige como indígenas”.  

Entre los acuerdos que se pactaron, se destacan también los recursos para la fiesta el “Pachacutirani” (la fiesta del renacimiento), un espacio en el cual se reúnen delegaciones de las diferentes comunidades en donde se hace transferencia de conocimiento.

La Paya paisaje - Parques Nacionales Naturales de Colombia
Parque Nacional Natural La Paya Indigena Murui

En la fiesta, los abuelos relatan cómo han permanecido en los territorios o los casos de desplazamiento huyendo de la violencia, es contar su historia y asegurar que los más pequeños sepan de sus raíces y las sigan preservando, también hay ceremonias de remedios:

“comemos nuestros platos típicos, festejamos, para nosotros es muy importante esta fiesta porque es garantizar la cultura y enseñar sobre el cuido del territorio”,

señalaba con una sonrisa amplia en su rostro Jeferson Jamioy, facilitador del equipo de Parques Sede La Paya y miembro de la comunidad, un amante de la fotografía que a través de sus imágenes da a conocer la riqueza y diversidad de La Paya.

Proteger las conectividades espirituales y ecosistémicas de las cuencas hídricas del área protegida, los cuales garantizan la integridad ecológica, los procesos de regulación climática y el sustento de la reproducción social, cultural y económica de los grupos indígenas y campesinos mestizo amazónicos del territorio Murui-Muina, Kichwa, Zio Bain y Korebajü.

En la maloca se encuentran mujeres Murui Muina rallando yuca brava, alimento tradicional con el cual preparan casabe, fariña y envueltos. Fuente: Cristhian Pimiento.

En gran parte, la diversidad biológica se da a partir de los complejos lagunares en los cuales se encuentran muchas especies endémicas, es decir, solo se encuentran en este lugar del mundo, también se destaca la diversidad cultural por la presencia de diferentes pueblos étnicos. Hasta el momento, se han registrado 1.256 especies entre flora y fauna, de ellas 284 son plantas, 304 aves, 220 peces, 149 reptiles, 119 grandes mamíferos y 21 especies de anfibios, esto como resultado de investigaciones adelantadas en el área protegida y que se sigue sistematizando la correspondiente información. Por su parte, las especies que se destacan entre la fauna son el delfín rosado, el caimán negro, el mono araña y la tortura charapa.

En el Parque La Paya, hay nacimientos de agua, bosques altos y frondosos, también se protege la laguna La Apaya, un humedal de 3.000 hectáreas de extensión. Dentro de las 422.000 ha que comprende el Parque

“tenemos todo por explorar, los ejercicios de investigación adelantados son pocos, a mí me emociona que tenemos todo por conocer”,

dice Diego Andrés Caicedo, biólogo e integrante del equipo de la Sede La Paya de Parques Nacionales Natural de Colombia, emoción que no oculta al referirse sobre cómo se adelantan los procesos de mucho fortalecimiento de relaciones con las comunidades, el trabajo de restauración participativa que va acompañado de un esquema de educación ambiental en el que niños y adultos son partícipes y la ilusión de poder regresar al campo para seguir trabajando por la conservación desde una mirada que une el conocimiento tradicional de las comunidades y la práctica ambiental.

“Esperamos que todo lo que se planteó en los acuerdos se pueda concretar y sigamos de la mano trabajando por la conservación, yo tengo fe que todo es para bien”,

asegura Yarley Ramírez, gobernadora de la comunidad Bajo Remanso, a su optimismo se suma Luisz Olmedo Martínez, director de Parques Nacionales Natuarles de Colombia:

“es una alegría para mí poder llegar a estos acuerdos, entender un poco más del territorio y trabajar para que juntos avancemos en ese camino de la conservación y del cuidado”. 
Araña peluda, es una especie perteneciente al género Lycosa. Vive en estepas y sierras, en tierras secas y arenosas donde corre entre el pasto o sobre el suelo. Tiene actividad fundamentalmente nocturna. Fuente: Cristhian Pimiento.