“Visitar el país más megadiverso del planeta es sin duda una prioridad, tanto a nivel nacional como internacional”: Luisz Olmedo Martínez Zamora, director de Parques Nacionales Naturales de Colombia
En 2025, el objetivo es diversificar los destinos ecoturísticos en Colombia y promover áreas menos conocidas, pero igualmente impresionantes. Se destacan lugares como El Tuparro en la región oriental, Utría en la zona occidental y Chingaza en los Andes, también la Cueva de Los Guácharos y Otún Quimbaya. Estos sitios ofrecen experiencias únicas que permiten a los visitantes conectarse profundamente con la naturaleza, además de contribuir a la conservación de estos valiosos ecosistemas. Los invitamos a conocer un poco más de nuestros parques, sus parques nacionales y que los puedan recorrer.
¿Por qué el ecoturismo es una estrategia crucial en los Parques Nacionales Naturales?
Nuestros Parques Nacionales Naturales (PNN) representan la mayor riqueza de la nación colombiana, tanto en términos de biodiversidad como de cultura, es decir, de lo que somos como país. Proteger estos espacios es una prioridad y para ello es fundamental que todos los colombianos participemos en su cuidado. El ecoturismo se presenta como una estrategia de educación ambiental para los PNN, que se articula con la estrategia de conservación. Conservar significa trabajar con la sociedad, sumar esfuerzos para preservar lo que es de todos, lo que tiene un gran valor.
Los PNN brindan bienes públicos a toda la sociedad y favorecen la productividad en todos los sectores. Así, el ecoturismo se convierte en una estrategia clave para que la sociedad trabaje unida en su protección. Visitar los Parques Nacionales es una oportunidad para conocer nuestra gran riqueza natural, un espacio para articular esfuerzos. Nos permite involucrar a los actores locales del territorio en el proceso de conservación, ya sea proporcionando servicios de guía o apoyando servicios logísticos esenciales. Además, permite conectar con actores del sector educativo, como docentes, estudiantes e investigadores, así como con instituciones educativas, colegios y universidades.
Este año se realizó el Taller de Ecoturismo 2030, donde usted mencionó este tema como una prioridad. ¿Por qué?
Visitar el país más megadiverso del planeta es sin duda una prioridad, tanto a nivel nacional como internacional. Cada vez más personas desean conocer nuestros PNN, pues nuestra vida depende de ellos. Nuestro sistema productivo está vinculado a los PNN, lo que significa que hemos observado un aumento en la demanda de quienes buscan experimentar la naturaleza en estos espacios. Si aprovechamos esta demanda como una campaña de educación ambiental y una economía productiva bien organizada, podemos lograr un gran impacto positivo, pero si no lo hacemos de manera adecuada, podemos generar una presión negativa similar o incluso mayor que otras amenazas como la deforestación, la minería o la caza ilegal. Sin embargo, veo un gran potencial, ya que las personas que visitan los Parques desean conectarse con la vida. Además, cada vez que un ciudadano entra a un Parque, se transforma en un nuevo ser, más conectado con su esencia y con la posibilidad de hacer alianzas.
Usted afirma que, desde que una persona ingresa a un área protegida, ya está contribuyendo a la conservación. ¿Por qué?
Conservar implica conocer, comprender el funcionamiento del ecosistema y entender que somos naturaleza. Por ejemplo, el cuerpo humano es más del 80 % agua y cuando visitamos lugares como Chingaza, comprendemos que esa es la fuente de agua para la región. Al entender todo el sistema, tomamos conciencia de la importancia de conservarlo, esa comprensión solo se alcanza de manera profunda cuando se está en contacto directo con la naturaleza. Aunque se puede aprender sobre los ciclos biogeoquímicos en un salón de clases, la experiencia vivida es esencial. Lo más importante es que, cuando vivamos esa experiencia, la compartimos con otros, creando una cadena de afecto y comprensión que favorezca la biodiversidad.
En el mundo de los Parques Nacionales, algunas personas apoyan el ecoturismo, mientras que otras se oponen rotundamente. ¿Cuál es su posición?
Las posturas extremas pueden ayudar a comprender los fenómenos, pero no resuelven los problemas. Si nunca visitamos un PNN, éste permanecería intacto, como deseamos. Pero si todos lo visitamos, podríamos generar una destrucción total. Ninguno de estos dos extremos resuelve el problema más grande: conservar el equilibrio planetario. No basta con conservar áreas aisladas; conservar significa permitir que la naturaleza se expanda, generando conectividad con otros espacios naturales. Lo más importante es que la sociedad comprenda la necesidad de conservar, reconociendo que el ser humano tiene límites. Comprender que esos límites existen es entender que no podemos sobrepasarlos, pues estaríamos poniendo en peligro nuestra propia existencia. Por eso creemos que el ecoturismo tiene un gran potencial como parte de una estrategia educativa, para hacer que las personas se conviertan en actores conscientes de su futuro y de su entorno.
¿Cómo se logra el equilibrio entre el ecoturismo y la conservación? ¿Qué están haciendo los Parques Nacionales Naturales de Colombia?
Para lograr un equilibrio, necesitamos conocer más, investigar más y organizar mejor ese conocimiento. Es esencial que ese conocimiento se convierta en un proceso de ordenamiento, tanto del área protegida como de su relación con el entorno, en una dirección de adentro hacia afuera. Dentro de este proceso, identificamos áreas de mayor conectividad, que son intangibles y no deben ser visitadas, así como áreas de uso controlado, que permiten conectividad con otros sistemas.
Estamos promoviendo el ordenamiento territorial y el ecoturismo mediante planes de ordenamiento que articulan sectores productivos como el servicio de alimentación, transporte y conocimiento. Así, los sistemas naturales y los de producción se conectan positivamente. A este concepto lo hemos denominado “nodos de biodiversidad”, donde las áreas protegidas se conectan generando interacciones positivas con el entorno, que se convierte en una oportunidad para la expansión de la naturaleza.
¿Cómo fue el panorama del ecoturismo en 2024? ¿Qué se puede destacar?
En 2024, fortalecimos la planificación del ecoturismo para aumentar nuestras capacidades, no solo dentro de las áreas protegidas, sino también en las zonas circundantes. De las 37 áreas protegidas con vocación ecoturística, 27 están abiertas y 17 han actualizado o formulado planes de ordenamiento ecoturístico, que incluyen proyectos de modernización de infraestructura. Hemos realizado mejoras en la infraestructura de soporte ecoturístico y en la gestión de los guardaparques, incluso en áreas sin vocación ecoturística.
Actualmente, trabajamos junto al Ministerio de Turismo para fortalecer las cadenas productivas y generar nuevas experiencias que conecten todos los actores del ecoturismo. A través de programas de cooperación internacional, también buscamos fortalecer las reservas de la sociedad civil, áreas protegidas dentro del Sistema de Parques Nacionales, sumando más de 1.400 hectáreas.
En cuanto al recurso humano, hemos mejorado nuestra capacidad tanto a nivel interno como en las comunidades locales. Recientemente, concluimos un diplomado sobre economía y ecoturismo con la participación de más de 200 personas. Además, establecimos mesas de ecoturismo con comunidades para planificar el desarrollo de esta actividad. Ejemplos de este trabajo conjunto incluyen Guapi, Iguaque y Chingaza, donde hemos comenzado a desarrollar propuestas en colaboración con autoridades locales.
El taller de Ecoturismo 2030: Prioridad nacional
En 2024, el ecoturismo se posicionó como una prioridad a nivel nacional, con un enfoque en la sostenibilidad y la expansión de la oferta ecoturística. La estrategia para 2030 busca no solo aumentar la cantidad de turistas que visitan los parques, sino también garantizar que esta actividad se realice de manera responsable y beneficiosa para las áreas protegidas y las comunidades cercanas. La demanda de ecoturismo está en aumento, lo que representa una oportunidad, pero también un desafío, ya que el turismo masivo puede generar presiones sobre los ecosistemas.
Los retos del ecoturismo: Corales del Rosario y Tayrona
El Parque Nacional Natural Corales del Rosario y el Parque Nacional Natural Tayrona son dos de las áreas más visitadas y por lo tanto, enfrentan mayores retos en términos de conservación. La alta demanda de turistas genera presiones sobre el entorno natural, por lo que es necesario un enfoque coordinado entre las autoridades locales y nacionales para gestionar el ecoturismo de manera que se minimicen los impactos y se maximicen los beneficios tanto para la naturaleza como para las comunidades locales. En el caso de estos parques, se están desarrollando planes de infraestructura, educación ambiental y restauración ecológica.
Promoción de nuevas áreas protegidas en 2025
Queremos hacer un esfuerzo adicional para resaltar la riqueza de este país en diferentes regiones de Colombia. Nuestro objetivo es que más personas incluyan en sus planes de viaje El Tuparro. Cuando Humboldt visitó este lugar, afirmó que era la “octava maravilla del mundo” y no es por casualidad, es porque realmente será una experiencia inolvidable que marcará el futuro de los sueños de los colombianos y de todos aquellos que visiten este rincón ubicado en la esquina más oriental del país.
Pero si miramos hacia el otro extremo, en la esquina más occidental, encontramos otro paraíso: Utría. Los invitamos a conocer este sitio, estamos trabajando en mejorar la infraestructura, fortalecer las capacidades locales y optimizar las opciones de transporte, en colaboración no solo con los actores locales, sino también con aerolíneas y otros agentes nacionales. Así, quienes lleguen a Utría podrán disfrutar de momentos que jamás olvidarán: un amanecer espectacular, la oportunidad de compartir con las ballenas, escuchar el canto de las aves y navegar por sus esteros, todo ello constituirá una experiencia verdaderamente inolvidable.
Es igualmente hermoso ascender hasta la montaña de Chingaza, donde se encuentra un símbolo de la provisión de agua en el país y de la vulnerabilidad de nuestras tierras. Si esas áreas no se protegen, 14 millones de ciudadanos podrían sufrir las consecuencias.