Parque Nacional Natural Farallones de Cali

Objeto del acto: Declaratoria
Fecha del acto: 15/07/1968
Distribución en departamentos: Departamento del Valle del Cauca, Municipios de Buenaventura, Cali, Jamundí y Dagua
Extensión total: 196.429,90 ha

Descripción del área:

Entre los Andes y el Pacífico colombiano surge desde el lecho marino un macizo de formaciones rocosas, crestadas y topográficamente biodiverso. Los Farallones de Cali albergan manantiales de vida, territorios ancestrales y el encuentro de culturas. Los Farallones son las formaciones rocosas más jóvenes de la Cordillera occidental de los Andes, con un área de 196.429,90 hectáreas. Es un área de gran diversidad biológica y alto endemismo, que funciona como banco genético in situ proporcionando protección al patrimonio natural. Además, ofrece bienes y servicios que involucran la educación, la investigación, el monitoreo, la recreación y el ecoturismo, convirtiéndolo en un destino por excelencia para la observación de flora y fauna.

Recomendaciones especiales

  • Portar documento de identificación en todo momento.
  • Preferiblemente usar calzado adecuado con buen agarre, que proteja los tobillos (preferiblemente botas), pantalones cómodos y ligeros (lycras, driles o sudaderas). Evite el uso de jeans, se recomienda el uso de camisas de manga larga y una muda de ropa para cambiarse (transportarla en bolsa plástica), sombrero o gorra, protector solar, gafas de sol y chaqueta impermeable.
  • Llevar un silbato para alertar cuando una ocasión lo amerite, linterna y una cámara fotográfica con su respectiva bolsa plástica por si llueve.

Recomendaciones de seguridad y prevención del riesgo

Para la visita a los senderos autorizados es necesario que los visitantes contraten un experto local. Para mayor información contactenos:

farallones@parquesnacionales.gov.co ecoturismo.farallones@parquesnacionales.gov.co

El PNN Farallones de Cali se localiza en el departamento del Valle del Cauca en cercanías a su capital la ciudad de Cali y a los municipios de Dagua, Jamundí y Buenaventura. Están disponibles los siguientes modos de acceso para sus principales atractivos:

Atractivo Pico de Loro

Transporte público: desde la terminal de buses de Cali, se toma un bus de la empresa «Recreativos» que va directamente hasta la cabecera del corregimiento de Pance, punto desde donde se realiza una caminata hasta llegar al sector El Topacio.

Vehículo particular: desde la Universidad San Buenaventura se continúa por la vía Cali – Pance hasta llegar al Sector de la Vorágine. En este punto, se dirige hacia la cabecera del corregimiento de Pance por una vía destapada hasta el punto de acceso El Topacio.

Atractivo Burbujas

Transporte Público: desde la terminal de buses se toma un bus de la empresa «Recreativos» que va directamente hasta la cabecera del corregimiento de Pance. Desde allí, se realiza una caminata hasta llegar al sector El Pato. Luego, se continúa caminando por el sendero paralelo al río Pance hasta llegar al atractivo.

Vehículo particular: desde la Universidad San Buenaventura se continúa por la vía Cali-Pance hasta llegar al Sector de la Vorágine. Posteriormente, se toma la ruta hacia la cabecera del corregimiento de Pance. Desde este punto, se accede por una vía carreteable hacia el sector El Pato. Luego, se continúa caminando por el sendero paralelo al río hasta llegar al atractivo.

Atractivo Cañón del Anchicayá

Transporte público: desde la terminal de buses de Cali, se toma un bus de la empresa «Transur» que llega directamente hasta la cabecera de Queremal (aproximadamente 2 horas). Desde el parque central de Queremal, se debe alquilar un transporte local hasta el Danubio, sector donde se ubica el punto de acceso del Operador Turístico (CORTUCAN).

Transporte particular: desde la ciudad de Cali, se debe tomar la vía hacia Buenaventura hasta llegar al kilómetro 26, punto donde se desvía a la izquierda por la vía que conduce a El Carmen. Posteriormente, se continúa por la vía principal hasta llegar a Queremal. Luego, se sigue por la misma vía principal hasta llegar a Danubio, sector donde se ubica el punto de acceso de Cortucan.

Servicio de guía e interpretación ambiental: el Parque Nacional Natural Farallones de Cali cuenta actualmente con grupos capacitados que ofrecen el servicio de guía e interpretación para los diferentes atractivos naturales.

Sendero Pico de Loro: ingreso desde las 6 am hasta las 8 am, salida a las 4 pm como máximo.

Burbujas – Pance: ingreso desde las 6 am hasta las 5 pm.

Cañón del Anchicayá: Permanencia desde las 7 am hasta las 5 pm.

Parque Nacional Natural Farallones de Cali Valor
Nacional o extranjero residente en Colombia o miembro de la CAN (mayor de 6 años hasta los 25 años) $ 7.000
Adulto nacional, miembro de la CAN o extranjero residente en Colombia (mayor de 25 años) $ 15.000
Extranjero No residente en Colombia ni miembro de la CAN $ 36.000

Si está interesado en visitar el Parque comuníquese con:

Atención al Usuario de Parques Nacionales Naturales

Calle 74 No. 11 – 81, piso 1, Bogotá
PBX (57 1) 353 2400 Ext. 3011, 3012

atencion.usuario@parquesnacionales.gov.co

www.parquesnacionales.gov.co

 

Dirección Territorial Pacifico – Parque Nacional Natural Farallones de Cali
Carrera 117 # 16b – 00 (Calle Vilache 09) Pance, Cali.
farallones@parquesnacionales.gov.co
ecoturismo.farallones@parquesnacionales.gov.co
Requerimientos: la contratación del interprete ambiental y la póliza de asistencia médica son de carácter obligatorio.

El Parque Farallones cuenta con cuatro ecosistemas, los cuales son: Selva Húmeda Tropical (entre 200 y 1.200 metros de altitud), Bosque Subandino Húmedo (entre 1.200 y 2.000 metros sobre el nivel del mar), Bosque altoandino Húmedo (entre 2.000 y 3.500 metros de altitud) y Páramo (con altitudes superiores a los 3.500 metros). En el PNN Farallones de Cali están representados los biomas de selva húmeda pluvial de piso cálido, bosque húmedo del piso templado, bosque húmedo del piso frío y páramo.

Bosque húmedo tropical:

Este bioma a escala mundial se encuentra distribuido en América del sur y central, África central, el sudeste asiático y el nororiente de Australia, ocupando originalmente una superficie de nueve millones de km2, cerca del 7% de la extensión terrestre del planeta. Para los Andes colombianos, este bioma se encuentra localizado en las tierras bajas de la cordillera occidental sobre la costa del océano Pacífico (Choco Biogeográfico), en las faldas orientales de la cordillera oriental (piedemonte amazónico y orinoquense y de la serranía de La Macarena) y en los valles bajos de los ríos Magdalena y Cauca (vertientes de los cordilleras occidental, central y oriental).

Los bosques húmedos tropicales se ubican en la zona climática intertropical, caracterizada por presentar pocas variaciones estacionales en la temperatura y generalmente dos temporadas de alta precipitación y humedad relativa (Etter 1998). Para las tres cordilleras colombianas, Cuatrecasas (1958) propuso la franja entre los 1000 y 1200 msnm como el limite altitudinal superior de las tierras bajas, con una temperatura media anual de aproximadamente 23 a 28 °C y con regímenes pluviométricos entre los 1.800 (valle del río Magdalena) y los 12.000 mm/ (piedemonte Pacífico).

Pinto (1993) señala que esta formación es predominantemente arbórea, siendo escasas las palmas en ella. La altura de los árboles es generalmente de más de 10 m, alcanzando algunos doseles de 40 a 50 m y diámetros del metro completo. El sotobosque está conformado por numerosas especies de árboles pequeños, grandes arbustos y hierbas gigantes (como las aráceas). Son abundantes los bejucos y gran cantidad de epifitas, además, es considerado como un sitio de concentración de biodiversidad y endemismos pese a que es un bioma que falta por describir. Hasta el momento, varios autores destacan que este bioma tiene el 50% de especies de flora y fauna registradas en el planeta.

Bosque Sub-andino:

Se distribuye de manera general entre los 1.050 y 2.400 msnm para las tres cadenas montañosas principales, sin embargo, estos rangos varían de acuerdo a la vertiente y la cordillera, para el caso de la cordillera occidental, el rango varía entre 1.100 – 2.200 msnm para la vertiente occidental y entre 1200 – 2400 msnm para la oriental.

Con excepción de algunos lugares, esta región presenta climas húmedos, muy húmedos y pluviales, que favorecen el establecimiento de coberturas boscosas densas y de porte alto. Su principal amenaza es la expansión de la frontera agrícola con el establecimiento de cultivos como el café y pastos de ganadería, debido a las condiciones climáticas de la zona que favorece el desarrollo de dichas actividades antrópicas.

En términos ecológicos, la selva subandina se constituye en una transición entre el trópico propiamente dicho y los ambientes de alta montaña, razón por la cual comparte una buena proporción de especies con ambas formaciones vegetales. El dosel puede alcanzar hasta 35 metros, siendo común la presencia de palmas, hasta el punto de llegar a ser dominantes como en el caso de la Palma de Cera y especies de las familias Lauraceae y Sapotaceae, así como variadas epifitas, orquídeas y helechos arbóreos de buen porte de hasta 12 metros. En cuanto a fauna, esta zona es bastante rica en endemismos de aves como el caso de la presencia de la Pava caucana (Penelope perxpicas), así como de variedad de anfibios, reptiles y mamíferos (Rodriguez et al. 2006).

Bosques Andinos y Altoandinos:

Generalmente va desde los 2.400 hasta los 3.000 msnm y los altoandinos entre los 3000 y 3300, aunque esta distribución puede variar por condiciones de humedad y exposición al viento, en casos de alta humedad del aire el límite superior tiende a aumentar. (van der Hammen et al. 2002)

Se caracterizan por condiciones de niebla y nubosidad permanente, que puede durar ocho meses al año. Estos factores climáticos ocasionan adaptaciones en las características de las hojas de las plantas que además de ser gruesas y coriáceas poseen una cutícula protectora de colores negros o azules que ayudan a reflejar mejor los rayos de la luz roja (Gentry, 1991).

El ecosistema altoandino presenta bosques con estrato de árboles y arbustos entre 3 y 8 m de altura, con predominio de asteráceas y rosáceas, abundancia de briofitas, muchas de las cuales trepan por troncos y ramas, así como abundantes líquenes terrestres y epifitas (Cleef et al. 1983). Las familias con mayor número de leñosas son las asteráceas y ericáceas incluso a mayor altitud cerca de los 4000 msnm se pueden presentar bosques de Polylepis (colorado) característico por el color de su tallo.

El ecosistema Andino presenta arboles con porte que no sobrepasan los 20 m de altura, con especies dominantes como Weinmannia (encenillo) Illex (Copache), Oreopanax (mano de oso). Los aboles de esta zona se caracterizan por presentar troncos retorcidos y hojas microfilas o nanofilas, rara vez compuestas (Cleef et al. 1983, Cavallier 1998).

En cuanto a endemismos para anfibios a alturas mayores a 2.500 msnm, el 98.6% son endémicas a diferencia de los reptiles existentes en estos orobiomas. Por su parte, las aves presentan una gran diversidad en los bosques alto andinos, siendo las familias nectarívoras las mejores representadas y los colibríes los que alcanzan la mayor diversificación de formas y tamaños. Casi todas las especies de aves que se registran como migratorias, se han observado en altas montañas (Ortiz von Halle 1999). En cuanto a mamíferos, se pueden encontrar venados coliblancos (Odocoileus virginianus), osos andinos (Tremarctos ornatus) y tapires (Tapirus pinchaque), recalcando que son especies amenazadas por la reducción de sus hábitats.

Páramo:

Se concentra en el norte de la cordillera de los Andes, en Colombia este conjunto de ecosistemas tiene presencia en las tres cordilleras y en la Sierra Nevada de Santa Marta. En área, los páramos del país representan aproximadamente el 40% de estos a nivel de América (1.1445.000 ha, 1.3% del territorio nacional), lo que hace aún más relevante su singularidad y la urgente necesidad de conservación, además de ser “fábricas” de agua dulce.

El establecimiento de los páramos está directamente relacionado con el levantamiento de las montañas andinas. Presenta una temperatura media anual que fluctúa entre los 0 y 8 °C, incluyendo desde el subpáramo hasta el superpáramo, con fuertes contrastes entre días soleados y las noches frías que originan estrategias evolutivas en los seres vivos que habitan estos ecosistemas.

En cuestiones de altitud, no es posible establecer una cota de nivel única, sin embargo, el páramo comienza a aparecer por encima de los 3.000 o 3.200 msnm y hasta el límite de las nieves perpetuas. En términos de precipitación, es posible encontrar este tipo de formación en lugares con menos de 650 mm/año (como los páramos del departamento de Santander), hasta con más de 4.000 mm/año (en Frontino, Antioquia) (Rangel 2000).

Es posible que los páramos no sean los ecosistemas más ricos, en especies en el Neo trópico (entre 10 y 20% de las especies vegetales reportadas para los Andes), pero si presenta un alto grado de endemismo. En este ecosistema dominan comunidades vegetales cerradas como los matorrales con especies de Asteraceae y los bosques achaparrados con especies de Polylepis (Rosaceae) y las formaciones abiertas que incluyen los frailejonales y los pajonales con especies de Calamagostris (Poaceae).

En vertebrados el grupo más diversificado es el de las aves, le siguen los anfibios, los mamíferos y los reptiles, que son el grupo con menor representación (Rangel 2000). Un Dato curioso es la NO presencia de frailejones en el páramo de Farallones de Cali, en su inmensa mayoría esta especie es típica de ambientes paramunos, pero por la historia biogeográfica de los Farallones estas especies no colonizaron dicho páramo.

 

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El PNN Farallones de Cali cuenta con un gradiente altitudinal que va desde los 200 msnm hasta los 4.100 msnm, lo que confiere una diversidad ecosistémica, así como un número de especies importantes. Entre los registros actuales de biodiversidad, el Parque cuenta con 626 especies de aves, entre las que destacan el Gallito de roca (Rupicola peruviana), la Pava caucana (Penelope perspicax), la Pava del Baudó (Penelope ortoni), la Tangara multicolor (Chlorocryssa nitidissima),el Paragüero del pacífico (Cephalopterus penduliger),el Compás (Semnornis ramphastinus) y el Águila real de montaña (Spizaetus isidori) entre otros. En anfibios, el listado de especies asciende a 111 especies, con especímenes representativos y endémicos como la Rana venenosa de Lehmann (Oophaga lehmanni), la Rana venenosa de Anchicayá (Oophaga anchicayensis), la Rana duende de Ruiz (Strabomantis ruizi) y la Rana de cristal (Nymphargus pijao). En reptiles, se cuenta con 75 especies registradas, de las cuales 8 son de importancia médica por ser serpientes venenosas, entre ellas están la Rabo de ají (Micrurus mipartitus), la Serpiente verrugosa (Lachesis acrochorda) y la Víbora de pestañas (Bothriechis schlegelii). Por su parte, se reportan 98 especies de mamíferos, donde se destacan el Oso andino (Tremarctos ornatus) y el Puma (Puma concolor).

El Parque Farallones de Cali cuenta con un registro de más de 1.100 especies de plantas, de las cuales 480 son especies de orquídeas. Entre las especies destacables se encuentran los robles blancos (Quercus humbolti) y los robles negros (Colombobalanus excelsa), especies como el Otóbo (Otobo lehmanni), el Comino crespo (Aniba perutilis) y la familia de las Lauráceas conocidas como jiguas. Entre las orquídeas se destacan las especies endémicas Lepanthes farallonensis, Masdevallia miradea, Stelis excentrica y Epidendrum aurimurinum entre otras. Actualmente, el parque se encuentra realizando numerosos proyectos de investigación que permitan conocer más sobre su biodiversidad.

El Parque Nacional Natural Farallones de Cali agrupa diversidad de climas y ecosistemas que le confieren una singularidad especial, posicionándolo como un importante productor de bienes y servicios para la comunidad vallecaucana. El nacimiento de numerosos cuerpos de agua lo posiciona como un área estratégica en el abastecimiento de recursos hídricos esenciales para el desarrollo y la competitividad del Valle del Cauca en la economía nacional y la supervivencia de las comunidades que habitan en su zona de influencia.

Esta Área Protegida ofrece escenarios paisajísticos y de recreación para la sociedad (especialmente del Valle del Cauca). Contribuye a la preservación de especies de plantas y animales mediante la protección de sus hábitats. Sus características le confieren un especial interés para la investigación. La conservación de sus bosques le otorga una posición especial como reservorios de carbono, ya que aproximadamente el 95% (187.866,623 ha) del área mantiene sus coberturas naturales, lo que le otorga condiciones importantes en procesos de mitigación y adaptación.

Además, es un área de importancia frente a los escenarios actuales y futuros de cambio climático en la región, por su función ecológica mediante el almacenamiento de gases de efecto invernadero y la protección a largo plazo de los ecosistemas, lo que conlleva al mantenimiento de los servicios ecosistémicos que estos prestan a la sociedad.

Por otro lado, aunque es necesario profundizar más en el tema con investigaciones científicas específicas, es evidente que la altura de la formación Farallones, que alcanza los 4.100 msnm en su parte más alta en Pico Pance (que a su vez es una de las mayores alturas de toda la cordillera occidental), genera una regulación climática importante que puede verse representada en la disminución de la temperatura, incluso en varios grados centígrados, para toda la región andina del Parque, en especial para los municipios de Santiago de Cali y Jamundí. Dicha altura, hace que las corrientes cálidas provenientes del Océano Pacífico, por conexión, deban elevarse, de forma tal que cuando pasan los Farallones presentan una temperatura mucho menor que a la inicial, irradiando esta sensación térmica más fría en la ladera adyacente que corresponde a la parte occidental de los municipios de Cali y Jamundí. Esto hace que el clima sea mucho más benévolo en este sector, situación que es mucho más favorable, especialmente si se analiza en un contexto de calentamiento global como el que vive nuestro planeta en la actualidad.