
Sin vocación ecoturística: la realidad del Parque Nacional Natural Sierra Nevada de Santa Marta y las amenazas que enfrenta
El turismo en áreas protegidas como el Parque Nacional Natural Sierra Nevada de Santa Marta, no solo no está reglamentado, sino que, es restringido por una razón de peso: un acuerdo previo con los pueblos indígenas de la sierra con quienes se gestiona esta área protegida. A pesar de esto, cada vez más empresas turísticas, tanto locales como nacionales, promocionan estos lugares, aunque no están autorizados para recibir visitantes.

La Sierra Nevada de Santa Marta, un ecosistema único en el mundo y hogar de cuatro pueblos indígenas: Kogui, Wiwa, Iku (Arhuaco) y Kankuamo, enfrenta una creciente amenaza por el turismo no regulado. A pesar de ser un área protegida catalogada sin vocación ecoturística, cada vez más empresas turísticas, tanto locales como nacionales, están promoviendo y divulgando actividades de senderismo y deportes de aventura en esta región, poniendo en riesgo tanto su biodiversidad como las culturas ancestrales que habitan allí.
El auge del turismo digital ha facilitado la promoción de destinos prohibidos a través de plataformas en línea, donde se ofertan recorridos a zonas de alto valor ecológico y cultural como lagunas, páramos y glaciares, que son sagrados para los pueblos indígenas y constituyen las zonas primitiva e intangible del área protegida. Estas actividades no solo están en contravía de la normativa del Parque, sino que también desbordan la capacidad de las entidades encargadas de su gestión.
De acuerdo con la información con la que cuenta Parques Nacionales la promoción de estos recorridos ha aumentado en los últimos años, incentivada en buena parte por algunas entidades gubernamentales y empresas privadas, lo que pone en grave peligro el equilibrio ecológico de la región, así como la vida y seguridad de quienes adquieren estos paquetes turísticos.
El Parque Nacional Natural Sierra Nevada de Santa Marta tiene una extensión de 573,312.6 hectáreas, que abarcan territorios de tres departamentos: Magdalena, Cesar y La Guajira. Esta área protegida presenta características topográficas, climáticas y un historial evolutivo que la convierten en un territorio único, además de ser catalogada como el entorno natural más irremplazable del mundo debido al valor de las especies que habitan en él.
Sin embargo, las actividades turísticas no reguladas y los recorridos a zonas intangibles, como los glaciares, están alterando sus ecosistemas. Es importante resaltar que estos glaciares son fundamentales no solo para la conservación del ecosistema, sino también para el abastecimiento de agua a más de 2.5 millones de personas. La intervención humana en estos territorios amenaza tanto la biodiversidad como la preservación de estos lugares, que constituyen el núcleo principal donde se unifica la energía y el conocimiento de la red del sistema de espacios sagrados de los pueblos indígenas.
En este contexto, las autoridades y los pueblos indígenas han hecho un llamado urgente para sancionar a las empresas turísticas infractoras, las cuales ofrecen recorridos ecológicos que incluyen actividades de etnoturismo, como visitas a ríos y lagunas, e incluso ascensos a los picos nevados. Las autoridades han denunciado la operación de más de 27 empresas turísticas que incumplen con la reglamentación del parque, poniendo en peligro tanto el medio ambiente como las estructuras sociales y culturales de las comunidades indígenas.
Además de los impactos ambientales y culturales, este turismo también pone en peligro la seguridad de los visitantes. El Parque Nacional Sierra Nevada de Santa Marta es en su mayoría una zona de alta montaña, lo que representa mayores riesgos para los visitantes debido al difícil acceso para realizar maniobras de rescate. Las emergencias más comunes en zonas de alta montaña están relacionadas con caídas y problemas de altura, en gran parte debido a la falta de preparación.
Marcel Reyes, experto en rescates de la Cruz Roja, destaca «la importancia del seguro de rescate en las áreas donde sí está permitido el ecoturismo, para garantizar la atención en caso de accidentes. Sin el seguro adecuado, los costos de un rescate pueden ser difíciles de cubrir, lo que generalmente recae sobre el Estado colombiano, y la intervención de los equipos puede verse retrasada, poniendo en riesgo la vida de los excursionistas. Es claro que en la Sierra no está permitido el ecoturismo, pero sabemos que las personas acceden sin autorización, por lo que estamos atentos cuando se presentan emergencias».

Rescate en la Sierra Nevada de Santa Marta
En 2024 un rescate involucró a un parapentista en apuros que ingresó sin autorización a la Sierra Nevada y, de forma irresponsable, llegó a las zonas primitivas e intangibles del área protegida, las cuales son lugares sagrados para las comunidades y zonas que se deben mantener ajenas a la perturbación humana. La operación fue compleja e incluyó un vuelo de reconocimiento que permitió determinar la situación exacta.
“En algunas ocasiones los excursionistas llevan dispositivos de alerta, como el INRIS, que envía una señal global de auxilio. Este dispositivo es crucial para activar el protocolo de rescate, especialmente en zonas remotas como la Sierra Nevada de Santa Marta. En esos casos, la Fuerza Aérea Colombiana juega un papel vital, utilizando aeronaves equipadas con tecnología avanzada para detectar calor y movimiento en áreas de difícil acceso, esto si el montañista tiene seguro porque de lo contrario no hay como enterarse”
explica Marcel Reyez.
El rescatista recuerda que, a las seis de la mañana del 15 de marzo de 2024, se supo que los montañistas estaban descendiendo una pared vertical de 300 a 350 metros, similar a la altura de tres edificios Colpatria en Bogotá. El descenso era delicado y se hacía con extrema precaución, ya que el parapentista debía ser evacuado de manera segura.
A medida que la situación avanzaba, los rescatistas se dieron cuenta de que ya no se necesitaba equipo para nieve, ya que el parapentista había llegado a una zona libre de nieve. Esto permitió que el equipo de rescate adaptara su estrategia y dejar atrás los piolets y crampones, optando por equipo especializado en roca. El helicóptero de la Fuerza Aérea de Colombia, conocido como «Ángel», jugó un papel crucial, transportando al equipo hasta lo más cercano posible al lugar del rescate.
A las 4 de la tarde, el helicóptero dejó al equipo en terreno. Sin embargo, la intervención de esta comunidad indígena implicó una nueva estrategia en el rescate.
“Aunque la comunidad Arhuaca de este sector Arhuacos no hablaban español, advirtieron al equipo que no podíamos continuar sin su permiso. Tras una serie de intercambios, el equipo comprendió que la zona era considerada sagrada y que necesitaban autorización para avanzar”.
Es importante destacar que los picos nevados de la Sierra Nevada de Santa Marta (Gonawindúa), además de ser un ecosistema altamente vulnerable por el cambio climático, constituyen un lugar de gran importancia espiritual para los cuatro pueblos indígenas, ya que es allí donde llega el espíritu de las personas una vez fallecen.
Por esta razón, el acceso a esta zona está absolutamente restringido, permitido únicamente a los Mamos para el desarrollo de actividades culturales y de pagamento. Por ello, fue indispensable establecer espacios de diálogo con las autoridades Arhuacas de la zona, lo cual no solo fue importante para permitir el ingreso del cuerpo de rescatistas, sino que también la guía y colaboración de la comunidad Arhuaca de Mamankana, encabezada por el mamo Gregorio, quien es un montañista experimentado, fue esencial para el éxito del rescate.
Este incidente resalta la importancia de respetar los lugares sagrados de las comunidades indígenas, así como las decisiones de manejo de Parques Nacionales Naturales de Colombia, a través de los Planes de Manejo de las áreas protegidas. Estos planes son el resultado de análisis territoriales integrales, con el propósito de proteger lugares de gran importancia para el país. En este caso particular, es esencial destacar que el Parque Nacional Natural Sierra Nevada de Santa Marta no está abierto al ecoturismo, y que todo paquete turístico ofrecido en la zona es ilegal.
En este contexto, desde Parques Nacionales, junto con los pueblos indígenas de la Sierra Nevada de Gonawindúa, hacemos un llamado a las entidades competentes para regular y sancionar a las empresas turísticas que operan de manera ilegal en el área protegida. Es urgente implementar medidas estrictas para garantizar la conservación de este territorio ancestral y su biodiversidad, al mismo tiempo que se respeten las normas y tradiciones de los pueblos que han cuidado de la Sierra Nevada durante siglos.
El futuro de la Sierra Nevada de Santa Marta depende de la capacidad de las autoridades para controlar el turismo informal y proteger uno de los ecosistemas más valiosos del planeta, que no solo tiene un alto valor natural, sino también cultural y espiritual para las comunidades indígenas.