Parque Nacional Natural Yaigojé Apaporis

Objeto del acto: Declaratoria
Fecha del acto: 27/10/2009
Distribución en departamentos: Amazonas y Vaupés
Extensión total: 1.056.549 ha.

Descripción del área:

El PNN Yaigojé Apaporis se sobrepone en su totalidad con el área del resguardo indígena que lleva el mismo nombre, tiene un área de 1.056.549 hectáreas incluidas en la cuenca baja del río Apaporis y distribuidas en los corregimientos departamentales de La Pedrera, La Victoria y Mirití- Paraná del departamento del Amazonas y en el municipio de Taraira, en el departamento del Vaupés. Los pueblos indígenas que se encuentran en el AP son: los Yujup-macu, los Magiña, los Jeañârâ (Gente leña), los Ʉmʉa masâ (gente día), los Ide masâ (Macuna), los Jobokarâ, los Wejeñeme majâ (Letuama), los Yaurâ (Yauna), los Yairi marâ (Tanimuka), los Cabiyari y los Barazanos (ACIYA, 2000). Línea Base del PNN YAP.

Características biofísicas y culturales.

El PNN Yaigojé-Apaporis está conformado por un mosaico único de múltiples tipos de coberturas de bosque húmedo tropical y paisajes fisiográficos que se distribuyen a través de todo el territorio y que abarcan desde llanuras aluviales, como las del río Apaporis en Caparú, hasta formaciones rocosas como la Serranía de Taraira y el Jirijirimo.

Según inventarios preliminares, se evidencia en Yaigoje-Apaporis una gran riqueza biológica, ejemplo de ello es la presencia de 1.683 especies de plantas vasculares para el AP, de las cuales al menos 17 presentan un área de distribución restringida a la zona, 52 corresponden a nuevos registros para el país, 12 son nuevas para la ciencia y 33 especies son endémicas de Colombia.

De forma similar, se deduce que es un área rica en especies de fauna; lo demuestra el registro preliminar de 362 especies de aves, 79 especies de reptiles y de 73 especies de anfibios; 201 especies de peces, aproximadamente 400 especies de mariposas y varias especies de mamíferos, muchas de las cuales no habían sido reportadas para el país y no se encontraban registradas con anterioridad para otras AP del Sistema Nacional de Áreas Protegidas.

Nuestro territorio abarca una extensión mayor que la jurisdicción del resguardo Parque Nacional Natural, que corresponde a la parte baja de la cuenca del rio Apaporis. Esta gran casa territorial es denominada en términos tradicionales hee hoari (mk) / Ᵽoimajãja sirikaõtoarika na rakakaja(tk), el territorio de Yuruparí.

La excepcional ubicación de Colombia en el sistema hidrográfico que hace parte de la cuenca del río Amazonas, genera importantes aportes de caudales que contribuyen a mantener la regulación hídrica de toda la media y baja cuenca amazónica, que a su vez, juega un papel primordial en la regulación hídrica del planeta. La región del Río Puré es un gran reservorio de agua dulce conformado por una cantidad innumerable de caños y quebradas que vierten sus aguas a los ríos Puré, Caquetá y Putumayo, también concentra un número importante de lagos que se encuentran en las orillas del río Puré originados por su curso meándrico. Esta región presenta un complejo de humedales, de importancia para la conservación, por su papel en la dinámica de ciclos biológicos de fauna acuática, regulación de caudales y reservorio de recursos pesqueros.

El río Caquetá, denominado Japurá en territorio brasilero, se convierte en la desembocadura del río Puré que junto con sus afluentes proviene de un origen amazónico y posee ambientes lóticos y lénticos. Los ríos Caquetá y Putumayo reciben importantes aportes de sistemas amazónicos que diluyen los componentes de las aguas provenientes de los Andes, presentando menos conductividad (de cationes y aniones), aguas barrosas, menos turbias, con baja carga de sólidos en suspensión en el Putumayo y alta en el Caquetá, baja transparencia y pH ligeramente ácido. (Fundación Gaia – Unidad De Parques Nacionales Naturales, 2002).

Parque sin vocación ecoturísitcas

Según el estudio realizado en el 2009 por la Fundación Puerto Rastrojo, la representatividad de los ecosistemas en el área se da de la siguiente manera:

Hay 18 ecosistemas presentes (según IGAC,1999), 37.8 % de los ecosistemas (7 de los 18) no están representados en las actuales Áreas Protegidas del Sistema de Parques Nacionales Naturales, estos son:

(1)Bosque medio en terrazas planas medias altas con drenaje imperfecto, (2) Bosque medio en superficies de asociación entre terrazas altas y laderas bajas, (3) Bosque bajo con catinga baja en depósitos de arenas blancas, (4) Bosque alto en interfluvios y laderas alomadas, (5) Bosque alto en laderas medias de la cuenca alta de río Mirití-Paraná, (6) Bosque alto en vertientes estructurales alomadas, (7) Bosque medio en plataformas estructurales circundantes a relieves de colinas.

Ecosistemas muy poco representados (menos del 10%) Complementándose al 20%:

  • Bosque medio en la llanura aluvial de los ríos amazonenses de aguas oscuras (B52)
  • Bosque bajo en el plano aluvial de los ríos amazonenses con inundaciones esporádicas (B66) Al 12%.
  • Bosque medio en terrazas altas poco disertadas (B72).

Dichas contribuciones involucran el 84,9% de su extensión total, tan solo la sexta parte de Yaigojé-Apaporis incluye sectores de ecosistemas ya representados en el conjunto de AP actuales.

Según inventarios preliminares, acopio de información secundaria y muestreos realizados para la declaración del área, se evidencia en Yaigojé-Apaporis una gran riqueza biológica.
Yaigojé – Apaporis es un área rica en especies de fauna, lo demuestra el registro preliminar de 362 especies de aves, 79 especies de reptiles y 73 especies de anfibios; 201 especies de peces, aproximadamente 400 especies de mariposas y varias especies de mamíferos, muchas de las cuales no habían sido reportadas para el país y no se encontraban registradas con anterioridad para otras AP del Sistema Nacional de Áreas Protegidas.

El área se encuentra en un estado de conservación tal que favorece el mantenimiento de las poblaciones de fauna presentes en la zona.

En estudios realizados en la Estación Biológica Caparú, se registró la presencia de los siguientes primates: Mono Aullador (Alouatta seniculus), Mico nocturno gritón (Aotus vociferans), Uacarí de cabeza negra (Cacajao melanocephalus), Tití de collar o viudita (Callicebus torquatus), Capuchino de frente blanca (Cebus albifrons), Mono maicero (Cebus apella), Mono churuco (Lagothrix lagothricha) y Mono ardilla (Saimiri sciureus).

El Lago Taraira alberga especies amenazadas de mamíferos acuáticos como el Manatí (Trichechus inunguis) y las dos especies de delfines de agua dulce (Inia geoffrensis y Sotalia fluviatilis), además, en los ríos Ujca-Vica / Yaunas y el Ugá, se reporta la presencia de poblaciones saludables de Nutria gigante (Pteronura brasiliensis), de tal manera, los bosques inundados por aguas negras de estos sitios son de gran importancia para la conservación de estas especies.

Igualmente, estudios realizados por Conservación Internacional Colombia, en áreas sin incidencia de caza, sugieren que hay una baja densidad de grandes vertebrados como el Jaguar (Panthera onca), el Tigrillo (Felis pardalis), el Puma (Felis concolor), la Danta (Tapirus terrestris), las tres especies de osos hormigueros (Myrmecophaga tridactyla, Tamandua didactyla y Cyclopes dydactylis) y las dos especies de venados (Mazama americana y Mazama gouazoubira). Esta baja densidad puede deberse a la baja fertilidad de los suelos que trae como consecuencia la baja productividad de los bosques.

Reptiles, anfibios y peces:
En 2003, Sandra Correa de la Fundación Tropenbos Colombia, realizó una exploración de la Ictiofauna del Lago Taraira y el bajo Río Apaporis. En ésta, la investigadora reporta la presencia de 121 especies distribuidas en 10 órdenes y 21 familias. Actualmente, se adelanta una caracterización de la herpetofauna en la Estación Biológica Caparú.

Aves:
El área de ecosistemas de transición declaradas como AP es importante para la conservación de las aves, porque permite sustentar los grandes requerimientos de área de dominio vital de grupos como los rapaces (águilas, halcones y búhos entre otros), guacamayos (Ara spp) y crácidos (paujiles y pavas).

También, el AP es especialmente importante para las aves migratorias que usan la zona de manera estacional para el desarrollo de alguna parte de su ciclo vital. Tal es el caso del Zorzalito de swainson (Catahrus ustulatus) y el Playero manchado (Actitis macularius), aves migratorias del hemisferio norte. Así mismo lo es para tijeretas sabaneras (Tirannus savana) y golondrinas (Progne modesta), aves migratorias del hemisferio sur, también hay presencia de aves migratorias de distancias más cortas que aprovechan la oferta de recursos, como lo son los guacamayos (Ara spp) y los grandes contingidos (pájaros paraguas).

Según inventarios preliminares, acopiados y muestreos realizados para la declaración del área, se evidencia en Yaigojé-Apaporis una gran riqueza biológica, ejemplo de ello es la presencia de 1.683 especies de plantas vasculares para el área protegida.

La región del bajo Apaporis incluye un complejo mosaico de tipos de bosques en concordancia con la naturaleza transicional de su geografía. El tipo de bosque más extenso se encuentra en las colinas onduladas y bajas de suelos arcillosos rojos y amarillos. La altura promedio del dosel es de 25 m con árboles emergentes que alcanzan los 45 m. Es una zona rica en especies vegetales, en un área de 1 ha, dividida en 10 parcelas, se encontraron 340 árboles, con DAP (diámetro a la altura del pecho) mayor de 15 cm, incluyendo entre 130 -150 especies diferentes, pertenecientes a 34 familias.

Las antiguas terrazas aluviales dejadas por los regímenes de inundación del Pleistoceno en el río Apaporis, sustentan un tipo diferente de vegetación donde las palmas de seje o milpesos (Oenocarpus bataua) y las Yetchas (Micranda spruceana) son comunes. La altura promedio del dosel de este hábitat es mayor (30 m) pero menos diverso que los bosques de las colinas.

Una muestra equivalente a la anteriormente descrita incluye alrededor de 90 especies (en su mayoría diferentes de las especies presentes en colinas) clasificadas en 32 familias, con una composición diferente. Mientras que en colinas la familia con mayor riqueza es Moraceae, en las terrazas la flora está dominada por plantas pertenecientes a la familia Myristicaceae.

Los bosques asociados a las orillas del lago y del río (Igapó o rebalse) son inundados estacionalmente por más de ocho meses al año (marzo – octubre según Díaz Macuna 2008). La altura promedio del dosel es de 23 m y la diversidad de especies es menor que en bosques de tierra firme (colinas y terraza). Una muestra igual a las anteriores contiene alrededor de 60 especies, ninguna presente en tierra firme y clasificadas en 25 familias. Se infiere que dentro del hábitat la diversidad esta inversamente correlacionada con el tiempo de inundación, es decir que: las áreas bajas que son inundadas por periodos más largos soportan menos especies. En el rebalse, las familias más dominantes son Caesalpinaceae y Euphorbiaceae.

En términos generales, la riqueza florística hasta la fecha conocida para el área sur del resguardo Yaigojé Apaporis (área de la Estación Biológica Caparú) es de 1.017 especies de angiospermas, agrupadas en 88 familias y 407 géneros, de las cuales 158 corresponden a monocotiledóneas y 859 a las que anteriormente se agrupaban dentro de las dicotiledóneas (angiospermas basales y eudicotiledóneas).

«En recientes colecciones (Clavijo, en preparación) se encontraron seis especies nuevas para la ciencia, pertenecientes a las familias Costaceae (Costus fissicalyx), Gesneriaceae (Besleria sp. nov.), Melastomataceae (Miconia sp), Myristicaceae (Iryanthera sp.), Piperaceae (Piper sp.) y Sapotaceae (Pouteria sp.). Es importante resaltar que la riqueza de especies y de géneros está concentrada en sólo 10 o 12 de las 88 familias totales y que las leguminosas representan cerca del 10% de la riqueza total de especies y géneros” (Tomado de: Diaz Macuna et al, 2008).

“El territorio es la vida misma, nos fue entregado por la ley de origen, a cada grupo étnico, para la protección, reproducción de la vida y el bienestar de la humanidad. Todo para nosotros tiene vida, desde los árboles hasta las piedras, y por eso tienen su manejo y sus usos, por eso cuando los abuelos aconsejan se debe cumplir”. – REM PNNYAP.

El término de razón de ser se entiende en Parques Nacionales Naturales de Colombia como ese primer punto de encuentro en áreas protegidas que se encuentran en territorios indígenas, con el fin de que los propósitos de conservación se definan y se gestionen de manera conjunta con las autoridades indígenas. Su definición propiamente es: “construcción conjunta e informada de la importancia del área, incluyendo tanto la visión del territorio indígena en su conjunto como la misión de conservación, lo cual requiere la consideración no sólo de la importancia ecosistémica o de bienes materiales de la cultura sino también de la historia del territorio, su poblamiento, sus formas de producción, sus sistemas de regulación del uso de los recursos naturales, los valores de la cultura inmaterial como las prácticas rituales, así como de las expectativas de propiedad y uso que tiene la población.” (PNNC-DTAM, Leal, E. y Montero, H. 2011).

En el proceso de diálogo de saberes y de manera participativa entre las Autoridades Tradicionales y diferentes dependencias de PNN, se constituyeron los tres objetivos de conservación del PNNYAP, integrando la visión del territorio, los objetivos misionales de PNNC y el ámbito político de las autoridades del AP. Estos son:

  • Objetivo de conservación 1: “protección de los valores materiales e inmateriales de los pueblos indígenas Macuna, Tanimuka, Letuama, Cabiyari, Barazano, Yujup-Maku y Yauna asociados a la conservación, uso y manejo del territorio y del área protegida como núcleo central del Complejo Cultural del Vaupés”.
  • Objetivo de conservación 2: “Contribuir a la conectividad de los ecosistemas de las cuencas de los ríos Caquetá y Río Negro, garantizando la integridad ecosistémica del área como aporte a la funcionalidad de estas, a los procesos de regulación climática y al sustento de la reproducción social, cultural y económica de los pueblos indígenas del área protegida”.
  • Objetivo 3: “Fortalecer el Sistema de Sitios Sagrados y rituales asociados sobre los cuales se soporta el manejo y uso del territorio representado en el área protegida que hacen los grupos indígenas del “Complejo Cultural del Vaupés”.