Cuando el viaje amenaza la vida del territorio: el panorama del turismo no regulado en El Cocuy

Más que hablar de zonas prohibidas, se trata de reconocer que hay sectores con vocación exclusivamente de conservación y espiritualidad, donde el turismo no puede desarrollarse sin afectar gravemente valores que deben ser protegidos.

Enclavado entre las montañas del nororiente colombiano, el Parque Nacional Natural El Cocuy se erige como uno de los tesoros naturales más imponentes de Colombia. Con sus 306.000 hectáreas distribuidas entre Boyacá, Arauca y Casanare, esta área protegida se destaca por su biodiversidad y por ser el hogar de glaciares, páramos, bosques altoandinos y una riqueza cultural invaluable. Sin embargo, el creciente aumento del turismo no regulado amenaza con desequilibrar este frágil ecosistema y las tradiciones culturales de las comunidades que allí habitan como el Pueblo U´wa

Sendero Ritacuba - Danilo Arenas(2)

Su biodiversidad y multiculturalidad hacen de El Cocuy no solo un destino turístico; sino un territorio sagrado para el pueblo indígena U’wa y un regulador natural clave para el clima y el agua en la región. Sus ecosistemas, desde las selvas andinas hasta los glaciares, prestan servicios ecosistémicos vitales como la regulación hídrica, la conservación de la biodiversidad y la captura de carbono. De ellos depende el abastecimiento de agua para miles de personas, así como la estabilidad de la agricultura, la ganadería y la generación de energía en la región.

Por eso, más que prohibiciones arbitrarias, las restricciones que se aplican en este parque buscan proteger un sistema natural del cual dependen tanto la vida humana como la espiritualidad ancestral de sus habitantes.

Zonas sin vocación ecoturística: una apuesta por conservar los ecosistemas y la espiritualidad

Vista del sendero Ritacuba - Danilo Arenas

Actualmente, sectores como la “Vuelta a la Sierra”, el acceso a los glaciares, el sendero al Ritacuba Negro y otras rutas no autorizadas, están restringidos al turismo, atendiendo al proceso de ordenamiento de la actividad ecoturística, que conllevó a acuerdos con la comunidad indígena U´wa. Estás rutas tienen vocación y están al interior de Zona de Recreación General Exterior. En la actualidad se encuentra en diálogo con las comunidades campesinas y de acueducto para abrir el sendero Ritacuba Negro.

“El ascenso al glaciar, el ingreso de animales domésticos o acampar dentro del parque están prohibidos porque alteran ecosistemas extremadamente sensibles y afectan las fuentes de agua”,

señalan desde el parque Nacional Natural El Cocoy. También se impide el uso de plásticos de un solo uso y el tránsito por rutas no autorizadas, donde se ha detectado presencia de turistas sin acompañamiento ni control, con impactos negativos para el entorno.


El caso del sendero Ritacuba Negro: ¿una oportunidad para el Ecoturismo?

Una de las rutas más mencionadas por montañistas es el sendero al Ritacuba Negro. Aunque actualmente no está abierto al público, se están realizando estudios con comunidades locales para evaluar su viabilidad como sendero ecoturístico. Esto incluye determinar medidas de manejo, capacidad de carga, y garantizar que el uso turístico no afecte cuerpos de agua ni humedales vitales.

Este enfoque demuestra que la conservación no es un “no rotundo”, sino un proceso técnico y participativo para lograr un equilibrio entre naturaleza, turismo responsable y desarrollo local.

El proceso de diálogo con el territorio U’wa respecto al ecoturismo

Una de las zonas más sensibles es el flanco oriental de la Sierra, donde el sendero “Vuelta a la Sierra” se traslapa con el Resguardo Unido U’wa. Para esta comunidad, este territorio no es solo su hogar, sino un espacio sagrado con un profundo valor espiritual. El tránsito no autorizado de turistas y montañistas ha generado tensiones y vulnerado sus derechos.

Desde el área protegida se han iniciado espacios de concertación para lograr acuerdos que respeten tanto los derechos de los pueblos indígenas como los de las comunidades campesinas, reconocidas como sujeto de Especial Protección Constitucional en el año 2023. Se busca una solución integral en el marco del fallo de la Corte Interamericana de Derechos Humanos, que reconozca todas las voces del territorio.

No todo paisaje se debe visitar

Visitar El PNN Cocuy no es solo caminar por montañas nevadas. Es entrar a un territorio vivo, donde cada paso tiene consecuencias. Por eso, el llamado es claro: no toda la naturaleza está hecha para ser visitada. Algunas zonas están hechas para ser protegidas, contempladas a la distancia o simplemente respetadas en su silencio y misticismo.

El turismo responsable empieza con el conocimiento y el respeto. Antes de empacar tu mochila y alistarte para la aventura, infórmate. Pregunta si el sendero está autorizado, si cuentas con guía certificado, si estás dejando una huella ecológica o una cicatriz en el paisaje.

La Sierra Nevada de El Cocuy, Güicán y Chita, seguirá siendo majestuoso, pero solo si quienes lo visitan entienden que no todo lugar está hecho para tomarse una foto. Algunos lugares están hechos para sostener la vida.