Julián Betancourt Mellizo: un apasionado legado de ciencia, juego y esperanza para Colombia

Julián Betancourt Mellizo: un apasionado legado de ciencia, juego y esperanza para Colombia

17 de marzo de 2025
Por más de 40 años el profesor Julián Betancourt se desempeñó como director del Museo de la Ciencia y el Juego de la Universidad Nacional de Colombia. Foto: Archivo Unimedios

Creditos: Archivo Unimedios UNAL

Julián Betancourt Mellizo, físico y docente de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL), fue un apasionado de la ciencia y de hacerla accesible, sencilla y divertida para que todos pudieran aprenderla, reconocerla y aplicarla en su vida cotidiana. Dedicó más de 40 años como director del Museo de Ciencia y el Juego, donde desarrolló proyectos que siguen contribuyendo al progreso del país.

Entre los proyectos más destacados se encuentran Las maletas del museo,  al que le dio vida en el año 2005 con un objetivo claro:  llevar a lugares apartados del país exposiciones de temas de ciencia y tecnología. Ya son 600 municipios de Colombia que se han beneficiado con esta experiencia.

Esas maletas transportaban carteles, juegos, cartillas y diferentes guías sobre los temas relacionados con la física y la biodiversidad, las cuales estaban entre sus prioridades.

Hoy hacemos un reconocimiento a la labor que adelantó y su firme propósito de acercar la ciencia a los ciudadanos de una forma sencilla y divertida. “Él creía que con estas actividades podría construir confianza, inspirar a otros a que se formaran y que vieran en la ciencia una posibilidad de un proyecto de vida, y lo logró”, señala Carlos Sarmiento, director del Museo de Historia Natural de la UNAL.

Precisamente la apropiación ciudadana del conocimiento, la cual se ha construido desde el museo que dirigió con herramientas como el juego, seguirá dejando  huella en las generaciones futuras. Julián Betancourt le enseñó al país que a través del juego se puede divulgar y enseñar la ciencia, y que ni los límites ni las barreras son tan grandes ya que llevó sus maletas a lugares apartados en el Putumayo y el Amazonas, por mencionar algunos.

Su sensibilidad también lo impulsó a trabajar con niños y jóvenes en situación de vulnerabilidad, para que ellos también pudieran acercarse a la ciencia. Hoy, su trabajo está concluido y su legado perdurará en Colombia. Paz en su tumba.

Foto: Archivo Unimedios