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De cómo los santandereanos recuperan un tesoro escondido en sus montañas.

Aves de Parque Serranía de los Yariguíes 1

Fotografia: Foto de Armando Santamaría

Vereda Guamales, Parque Serranía de los Yariguíes

Fotografia: Foto de Armando Santamaría

Irwin Duarte en labores de Monitoreo

Fotografia: Foto de María Isabel Henao Vélez

Angélica Cogollo en labores de monitoreo

Fotografia: Foto de María Isabel Henao Vélez

Jasmilly Céspedes en labores de monitoreo

Fotografia: Foto de María Isabel Henao Vélez

Monitoreo a restauración en Sector El Placer Equipo Parque Yariguíes 1

Fotografia: Foto María Isabel Henao Vélez

Embalse de HIdroSogamoso 1

Fotografia: Foto de María Isabel Henao

Parque Serranía de los Yariguíes, entrada al camino de Lengerke

Fotografia: María Isabel Henao Vélez

Parque Serranía de los Yariguíes, camino de Lengerke 1

Fotografia: María Isabel Henao Vélez

 

En el Parque Nacional Natural Serranía de los Yariguíes, un convenio entre Parques Nacionales, Fondo Patrimonio Natural e ISAGEN, cosecha las primeras fases de éxito al restaurar 4900 hectáreas de antiguos bosques altoandino y subandino. En la serranía, los ríos Sogamoso, Suárez y Opón, regulan la oferta hídrica para el consumo humano y la producción agropecuaria, aportan al caudal promedio efectivo del Proyecto Hidroeléctrico del Sogamoso y son vitales para el mantenimiento de los humedales del Magdalena Medio. Estos bosques guardan el tesoro que en tiempos de cambio climático, representa el suministro de agua para la región.

Foto de María Isabel Henao

Una oportunidad de compensación ambiental para restaurar bosques

Al igual que muchas áreas protegidas del país, algunos territorios del Parque Yariguíes, como la zona norte en el municipio de San Vicente de Chucurí y la zona centro-occidente en el municipio del Carmen, muestran un riesgo inminente de fragmentación debido a la expansión agrícola y ganadera que degradada los bosques. Esto lo hizo un sitio estratégico para llevar a cabo la compensación forestal del Proyecto Hidroeléctrico Sogamoso construido y operado por ISAGEN, e implementado por la Unión Temporal Jaguar Corredor Norandino, de la que hicieron parte: Parques Nacionales, Fundación Natura, Fundación Guayacanal y el Programa de Desarrollo y Paz del Magdalena Medio.

El desarrollo del proyecto de restauración ecológica comprendió entonces la restauración activa por medio de plantaciones vegetales con nucleación y enriquecimiento en 964,6 hectáreas, en las cuales se sembraron 267.865 plantas pertenecientes a 112 especies nativas. Adicionalmente, a través de la instalación de 12.017 metros de aislamientos de cercados perimetrales, se implementó una estrategia de prevención vigilancia y control. Se implementaron acciones de educación ambiental y monitoreo a la regeneración natural, pues también se desarrollando la restauración pasiva en 3.272 has de bosques sucesionales afectados por tala selectiva, cacería, leñateo e incursión de ganadería.

Este proyecto tiene metas a corto, mediano y largo plazo. En los 3 primeros años después de la siembra, se espera que el 80% de las especies plantadas permanezcan y que las coberturas de pastos disminuyan en un 50%. A mediano y largo plazo lo sembrado deberá ayudar a cambiar la estructura de la zona, es decir que los pastizales a 5 o 10 años sean rastrojos altos y bosques  sucesionales donde la complejidad sea mucho mayor y apoye la prestación de los servicios ambientales por los cuales fue declarada el área. El servicio por excelencia del Parque Serranía de los Yariguíes es la regulación hídrica, pues abastece acueductos veredales y municipales. La calidad y el caudal del agua mejorarán cambiando la estructura y la composición de la vegetación, pasando de coberturas de pastoreo ganadero o de agricultura con insumos químicos, a bosques. De igual manera, el proyecto mejorará el hábitat para la fauna silvestre, pues Yariguíes es un área con un gran porcentaje de las aves del país, muchas de ellas endémicas y amenazadas.

El camino andado de la restauración ecológica en Yariguíes

Hace un par de semanas acompañamos una labor de monitoreo del equipo del Parque Yariguíes y la territorial Andes Nororientales en el predio El Placer, para que ellos de primera mano, nos contaran sobre este proceso de siembra que sumó a la industria privada, las comunidades y el equipo de Parques Nacionales.

Irwin Duarte, biólogo profesional encargado de Restauración Ecológica y Sistemas Sostenibles en Yariguíes recalcó que en la siembra de las casi 300.000 plantas de alrededor de 100 especies, se incluyeron maderas finas, especies que dan estructura a los bosques, alimento a la fauna y que son capaces de poner a raya las pasturas exóticas. “Ahora estamos en el proceso de monitoreo para evaluar la sobreviviencia. Utilizamos transectos para medición de mortalidad y parcelas Whitacker modificado para medir estructura y composición. Medimos en los estratos herbáceos, arbustivos y arbóreos para saber qué está ocurriendo y los comparamos con sistemas de referencia dentro del Parque Nacional (los cuales están intactos) para saber qué tanto se acercan estos sitios degradados al ideal. Los comparamos con sitios control donde no hicimos intervención para ver cuál es la diferencia entre nuestra acción a través de las plantaciones y la los cambios que puede lograr la regeneración natural per se”, explica Irwin Duarte.

El Parque Serranía de los Yariguíes ha venido trabajando en saneamiento predial, comprando predios al interior y en traslape parcial con el área protegida. Los dueños, conscientes de la importancia de proteger un área para garantizar a las generaciones futuras servicios ecosistémicos como el agua, la fertilidad del suelo, o la calidad del aire, venden la tierra y comienzan de nuevo por fuera del área protegida. Ha sido el propósito de Parques apoyarlos en este proceso, de tal manera que algunas familias trabajaron en el proyecto de restauración.  Jasmilly Benavides, bióloga del Parque, ha tenido a su cargo el relacionamiento con comunidades de San Vicente del Chucurí y el Carmen de Chucurí. Ella nos cuenta que “De estas familias, algunos hombres han estado vinculados en el trabajo de los viveros, en las siembras y con el monitoreo. Con ellos y con las señoras, se hizo una recopilación de la historia del uso del suelo en el territorio: qué árboles y plantas existían y cómo se aprovechaban, qué se sembraba, etc. Esta información fue vital para determinar las especies maderables que existían y que fueron deforestadas, para poderlas recuperar en el proceso de restauración”.

Con respecto a la participación de la comunidad, Angélica Cogollo bióloga, profesional de Restauración Ecológica del Parque, explica el ejercicio de cartografía social para implementar el proyecto.  “Se aprovechó el conocimiento tradicional de las comunidades con respecto a las especies: propagación, dispersores, época de floración, etc., para decidir la época de producción y siembra del material vegetal. Muchas de las especies que propagamos no son comerciales, así que debimos investigar cómo producir en el menor tiempo posible y en la cantidad requerida. De igual manera, al poner las cercas, la comunidad hace el papel de guardianes de ellas y así también apoyar el proceso de restauración.

Ella cierra recalcando la complejidad de los procesos de restauración ecológica: “la restauración no es una receta que se aplica en cualquier parte o para cualquier cobertura vegetal. Es necesario conocer la historia de uso de los sitios a intervenir, para determinar si son útiles las plantaciones y con qué especies, o si vamos a usar otras estrategias como el aislamiento, donde nos encargamos de eliminar los tensionantes para que el ecosistema se regenere por sí solo.

Todos coinciden en algo, seguirán impulsando acciones para que el tesoro de los bosques de Santander perviva y que su experiencia sirva a otras regiones del país, no sólo las áreas protegidas, para que recuperemos una Colombia con serios problemas de deforestación.

Invitación al evento de socialización del proyecto y lanzamiento del libro 

Este jueves 13 de septiembre en la ciudad de Bucaramanga se llevará a cabo el panel “Alianzas Estratégicas para la restauración Ecológica en Santander”, que socializará los aprendizajes e impactos de este proyecto. Participarán la Fundación Natura, ISAGEN, la Fundación Guayacanal, Patrimonio Natural, Primero la Vida (Programa de Desarrollo y Paz del Magadalena Medio) y por supuesto, el equipo de Parques Nacionales Naturales de Colombia. En este evento se lanzará también el libro “Restauración Ecológica en el Parque Nacional Natural Serranía de los Yariguíes – zona norte”

CONTEXTO INFORMATIVO

La historia e importancia de la Serranía como área protegida

María Isabel Henao Vélez

Yariguíes no es un Parque Nacional Natural ampliamente conocido fuera de Santander quizá porque no es de vocación ecoturística sino de conservación estricta. Su nombre honra al pueblo indígena de cazadores y recolectores que aunque aguerridamente presentaron resistencia a la conquista y colonización española, fueron finalmente exterminados por cuenta de las enfermedades, modos de vida y uso de la tierra que trajeron consigo los colonos.

Corresponde al remanente boscoso más conservado y de mayor proporción en el departamento con 59.063 hectáreas con pisos térmicos que van desde 700 hasta 3.600 m.s.n.m, lo cual hace que albergue gran variedad de ecosistemas: selvas húmedas tropicales, bosques húmedos subandinos y altoandinos y páramos. Por servir de transición entre el valle Medio del río Magdalena y los Andes Nororientales de Colombia, es una zona de gran importancia para la conservación de la fauna y Área Importante para la Conservación de las Aves (AICA). Allí se ha confirmado la presencia de 501 especies de aves, de las cuales 15 son endémicas, 14 se encuentran en alguna categoría de amenaza de la UICN y 5 más se encuentran casi amenazadas, además de que arriban cerca de 33 especies migratorias. En el Parque Nacional se han encontrado 538 especies de plantas, 82 especies de mamíferos como murciélagos, primates, osos andinos, nutrias de río, guaguas, zainos y venados. Se ha reportado la presencia de 23 especies de peces, 253 especies de mariposas diurnas, 45 especies de escarabajos coprófagos y 21 especies de libélulas y caballitos del diablo. Por todo lo anterior, el Parque Nacional Serranía de los Yariguíes corresponde a un ícono muy importante para los santandereanos, en materia de conservación de la biodiversidad y los recursos genéticos, así como en el aprovisionamiento de servicios ecosistémicos y mitigación frente a la variabilidad climática.

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