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Historia de un cortejo que se canta arriesgando la vida

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Guardaparques del Parque Nacional Natural Gorgona graban proceso de cortejo y fecundación de la rana Epipedobates boulengeri

La grabación se dio en el marco del programa de investigación y monitoreo de fauna silvestre que adelanta el área protegida y que permitió hacer seguimiento a este mágico proceso natural en la isla.

Bogotá, 12 de julio de 2021. En un hecho sin precedentes, y tras varias horas de grabación, los guardaparques del Parque Nacional Natural Gorgona lograron un registro único del proceso de cortejo y fecundación de la rana Epipedobates boulengeri, un anfibio que vive en bosques húmedos tropicales de la región del pacífico colombiano. Los protagonistas: una pareja juvenil de esta especie.

En el Parque Nacional Natural Gorgona se encuentra una abundante población de esta especie, donde es posible encontrar muchos individuos saltando entre la hojarasca del bosque que hace ya 35 años, se encuentra en estado de recuperación.
La Epipedobates boulengeri es una especie de la familia Dendrobatidae, que son mayoritariamente venenosas. Sin embargo, esta pequeña rana no lo es tanto como otras especies hermanas, principalmente a su dieta. En el Parque Nacional Natural Gorgona, ellas se alimentan de ácaros, hormigas y coleópteros que no son ricos en toxinas como otras especies, por lo que la Epipedobates no posea la misma cantidad de toxicidad en su piel.
La vida de estos animales no es sencilla, son de un tamaño relativamente pequeño (hasta 20mm) y en promedio las hembras son más grandes que los machos. Las ranas son depredadas por serpientes, lagartos y mamíferos como murciélagos, por lo que deben defenderse, pero al mismo tiempo buscar como reproducirse y cómo alimentarse ¿Cómo hacen todo esto sin convertirse en un delicioso bocado? En las ranas, los machos cantan, así defienden su territorio y cortejan a las hembras, pero así también atraen posibles depredadores que los escuchan, por eso, al menor de los ruidos, son ágiles para esconderse entre la hojarasca y dejar de cantar por largos periodos de tiempo.
Para observar la vida de una rana hay que ser pacientes, así fue posible, después de varias semanas de seguimientos cuidadosos, observar a un macho cantar y atraer a una hembra. Los machos son pacientes y cantan prolongadamente a lo largo del día, hasta que alguno de esos días logra capturar la atención de una hembra y cuando lo hace, no duda en guiarla a un lugar entre la hojarasca, para que la hembra deposite de forma segura los huevos. Una vez los huevos están en la hojarasca el macho suelta el esperma y los fecunda.
Los machos se hacen cargo de las crías y cargan en el dorso los renacuajos hasta encontrar un lugar seguro en un cuerpo de agua dónde pueda depositarlos.
En este caso al ser la fecundación externa, el macho se responsabiliza de las crías, ellas dependen de él para estar a salvo, ya que la hembra solo deposita los huevos y se marcha. Cuando los huevos se fecundan, pasan días y se desarrollan renacuajos, estos se adhieren al dorso de su padre hasta que los deposita en plantas como las bromelias, donde hay la suficiente cantidad de agua para que ocurra su metamorfosis y sean nuevas ranas adaptadas a la vida terrestre.

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