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Indígenas nasa del Valle del Cauca se proponen transformar sus plantas nativas en medicinas, cosméticos y productos alimenticios

En Jamundí (Valle del Cauca), dentro del resguardo Bellavista, y en zona de influencia del Parque Nacional Farallones, los indígenas aprovecharán la producción local en sus huertas ancestrales, también llamadas tul, para nutrir un centro de acopio que será la base de la transformación de las plantas medicinales. 

Para los indígenas nasa, que viven en el resguardo Kwesx Kiwe Nasa Bellavista, en Jamundí (Valle del Cauca), las plantas medicinales son sagradas. Representan la armonía, el buen vivir y la energía. Son transversales en su vida, al punto de que las cultivan en huertas caseras, también llamadas tul, en las que muchos miembros de la comunidad se convierten en sus proveedores. Es normal que la producción sea intensa, al punto de que en la plaza de mercado de esta población su oferta siempre es abundante.

Por eso resulta lógico que los nasa vean ahora en estas plantas y en su transformación una oportunidad para obtener ingresos adicionales y mejorar su calidad de vida.

Desde el Parque Nacional Farallones de Cali, el Apoyo Presupuestario Desarrollo Local Sostenible (DLS), que financia la Unión Europea, los está impulsando a que más allá de una venta masiva de las hierbas, ellos las procesen para que sean transformadas en medicinas. Entre ellas podrían figurar remedios para la tos, para aliviar dolores articulares o controlar infecciones, diabetes o hipertensión. También se podrían hacer productos cosméticos como champús, rinses, jabones corporales, talcos, cremas humectantes o aceites esenciales. Todo esto se complementaría con venta de miel, sacha inchi (conocido como el maní de los incas) y barras nutritivas.

“En este último tema, el objetivo no es tanto la comercialización de la producción definitiva o entregar materias primas. Por el contrario, queremos atender principalmente a la población infantil de la comunidad indígena y reemplazar con estos alimentos parte de la nutrición de los menores de edad, que muchas veces está basada en bebidas artificiales como gaseosas, jugos o refrescos”, explicó Óscar Ramírez, profesional del Desarrollo Local Sostenible en el Parque Nacional Farallones de Cali y quien lidera este proyecto en la zona.

Hay 80 familias vinculadas

El Parque y el resguardo son territorios vecinos y este último se transforma entonces en una zona de amortiguación del área nacional protegida. Son muchas las hierbas que se producen allí. Figuran ajenjo, albahaca. caléndula, cidrón, hierbamora, limoncillo, manzanilla, mejorana, menta, orégano, ortiga, romero, sábila, toronjil, ruda, destrancadera y marihuana, entre otras. Con la producción en huertas locales de las plantas, el trabajo de las hierbas y su transformación se han comprometido hasta el momento unas 80 familias.

En este momento, los indígenas están desarrollando una fase de su emprendimiento que comenzó con la construcción de un centro de acopio de las plantas y que se debe complementar con la instalación de equipos, entre ellos un destilador de alcoholes y un extractor de aceites esenciales.

El Parque Nacional Farallones ya tiene el respaldo de la Secretaría de Ambiente de Jamundí para darle continuidad al proyecto, que busca como objetivo esencial cubrir las necesidades de los indígenas para evitar que ellos, tratando de buscar ingresos, hagan un uso indebido de las zonas aledañas al área protegida y cuiden el agua de la cuenca del río Jamundí, afectada por la ampliación de la frontera agrícola y los cultivos ilícitos.

Jaime Celis, director del Parque Nacional Farallones de Cali, dice que la idea es que a través los tul o huertas caseras, los indígenas puedan tener una producción permanente de hierbas y productos terminados, para tener a su vez un surtido importante. De paso, será una actividad que les hará contrapeso a las actividades ilegales, como los cultivos de coca y otras prácticas insostenibles como la ganadería extensiva.

Indígenas Nasa del Cauca lideran iniciativa similar

Este proyecto en el Valle del Cauca es similar al que ya desarrollan indígenas Nasa del resguardo Honduras, situado en Morales (Cauca), quienes fabrican productos medicinales fabricados con plantas que cultivan y recogen en su propio territorio. Para este caso, Silvio Pillimué, indígena Nasa y técnico de esta iniciativa, explica que “la recolección de las plantas y su transformación en medicamentos han permitido desarrollar 13 productos, algunos para la tos, así como cremas para la piel, cremas de marihuana para aliviar dolencias articulares, ungüentos de caléndula para tratar manchas en la piel y espinillas, también aceites de eucalipto, citronela, pino para problemas respiratorios e hidrolatos para aliviar dolencia intestinales”.

Ellos reciben la asesoría del Parque Nacional Natural Munchique. Han construido 70 huertos, que son administrados por igual número de familias, para producir allí las plantas medicinales. Para el caso de Morales (Cauca), ha sido tan eficaz la fabricación de los medicamentos de la comunidad, que la Institución Prestadora de Salud (IPS) de la zona, que atiende a 11 mil habitantes, ha reemplazado en algunos casos la entrega de remedios fabricados por laboratorios y que se traen desde las capitales, para suministrar los creados por los indígenas.

Fotos: María del Pilar Barrera y PNN Farallones

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