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El turismo sostenible en áreas protegidas puede ser esencial para su supervivencia, dice nuevo informe de UICN

Sídney, Australia, 14 de noviembre de 2014 (UICN) – Aumentar el número de visitantes a las áreas protegidas puede convertirse en una herramienta eficaz para la conservación y el desarrollo comunitario, siempre que los sitios cuenten con sistemas de gestión buenos y funcionales, de acuerdo con un nuevo informe revelado hoy en el Congreso Mundial de Parques de la UICN que tiene lugar en Sídney, Australia.

El informe de la UICN “Turismo y gestión de la visitación en áreas protegidas: Directrices para la sostenibilidad”, destaca diversos casos de estudio que van desde Machu Picchu en Perú hasta el Campamento Damaraland en Namibia, e incluye contribuciones de más de 50 expertos procedentes de23 países y territorios, así como ejemplos de 45 países alrededor del mundo. “A diferencia de otras industrias y actividades humanas, el turismo en áreas protegidas puede ser una gran fuerza positiva, aumentando un sentido de pertenencia así como ingresos que son fundamentales para la protección a largo plazo de estas importantes áreas de conservación,” comentó Yu-Fai Leung, editor jefe del informe y Miembro del Grupo Especialista en Turismo y Áreas protegidas de la Comisión Mundial de Áreas Protegidas (CMAP). “En cambio, la reducción del número de visitantes a las áreas protegidas puede ser una señal de falta de interés político o apoyo popular. Las directrices que aporta este informe tienen el fin de reforzar los sistemas actuales de gestión de visitantes, incluyendo medidas para mejorar la protección de estos bienes naturales y culturales clave.”

El turismo internacional es una industria de trillones de dólares que genera hasta un 9% del GDP mundial. La Organización Mundial del Turismo calcula que se espera que el turismo siga creciendo a un ritmo de 3.3% anual hasta el 2030, generando uno de cada doce empleos a nivel mundial. Las áreas protegidas, incluyendo Parques Nacionales y Sitios de Patrimonio Mundial, conforman consistentemente el atractivo principal para los turistas interesados en explorar las áreas naturales y la vida silvestre en todo el mundo.

Los gobiernos, instituciones responsables de las áreas protegidas, operadores de turismo, vendedores y miembros de la comunidad local pueden todos beneficiarse de los ingresos del turismo, y en algunos casos las compañías de turismo apoyan directamente la protección o rehabilitación de áreas de hábitats clave.

Por ejemplo, los pagos que realiza Wilderness Safaris, una compañía de ecoturismo privada, en forma de cuotas anuales por la concesión para realizar campamentos de ecoturismo en África alcanzaron los 4.4 millones de dólares americanos en 2014, una contribución importante para la financiación de áreas protegidas a través del turismo.

En contraste, el informe muestra que en sitios donde las visitas a las áreas protegidas se han disminuido, como en Canadá, Japón y los Estados Unidos, los parques sufren una reducción de apoyo político y de financiación. Por ejemplo, entre 1994 y 2012 hubo una disminución del 28.7% en el número de visitantes a los parques nacionales en Canadá, lo que pudo haber contribuido a la decisión del gobierno en 2012 de recortar el presupuesto y el personal de los parques nacionales.

El informe reconoce que los responsables de la gestión de áreas protegidas se enfrentan a diversos retos, incluyendo el cambio climático, el comercio ilegal de vida silvestre, infraestructuras inadecuadas, así como la competencia de intereses relacionados con los recursos naturales. Sin embargo, con sistemas de gestión adecuados en funcionamiento, un aumento en el número de visitantes puede generar ingresos muy necesarios por medio de cuotas de ingreso, visitas guiadas, alojamiento y concesiones, fondos que a su vez pueden invertirse en actividades de conservación.

El informe destaca la necesidad de identificar y evaluar los costos reales y los impactos del turismo en las áreas protegidas, para tener una comprensión clara de las oportunidades y retos relacionados con el desarrollo del turismo en estas áreas.

“Considerando que se espera un aumento en la industria internacional de los viajes, los responsables de la gestión de áreas protegidas tienen que mitigar cualquier impacto negativo que pueda surgir a consecuencia del aumento en las visitas, pero también tienen que identificar las nuevas oportunidades que surgen de esta demanda potencial y que pueden aportar ingresos para la conservación y las economías locales. Se hace necesario desarrollar enfoques innovadores y alianzas con las comunidades locales, empresas privadas y gobiernos para ayudar a alcanzar el equilibrio necesario para poder mantener el apoyo a largo plazo para estas importantes áreas”, concluyó Anna Spenceley, coeditora del informe y Presidenta del Grupo de Especialistas en Turismo y Áreas Protegidas de CMAP de UICN.

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