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Yurumí: Reserva Privada Natural de la Sociedad Civil, ejemplo de conservación y reintegración de fauna silvestre

Ocelote liberado en Reserva Natural de la Sociedad Civil Yurumí.

Ocelote. Leopardus pardalis en Reserva Yurumí

Oso hormiguero bandera captado por cámara trampa en Reserva Yurumí

Oso hormiguero bandera. Imagen de cámara trampa en Reserva Yurumí

Vista aérea de Reserva Yurumí

Tortuga terecay

Tortuga terecay

Tortuga liberada en la Reserva Natural de la Sociedad Civil Yurumí. Puerto López, Meta.

Mono ardilla

Mono ardilla. Saimiri sciurius

Mono ardilla liberado en la Reserva natural de la Sociedad Civil Yurumí

Gavilán sabanero

Gavilán Sabanero. Buteo magnirostris

Aves de la Reserva Natural de la Sociedad Civil Yurumí

Oso mielero

Oso Mielero. Tamandua trydactila Yurumí RNSC

Oso liberado dentro de la Reserva Natural de la Sociedad Civil Yurumí en Puerto López, Meta

Las grandes cosas ocurren cuando se llevan los sueños a la realidad. Nicolás Umaña llevó a la realidad un sueño que ha permitido darles un nuevo hogar a animales sacados de su hábitat natural por el tráfico ilegal, y rescatados por el decomiso de las autoridades. Un sueño que ha permitido también recuperar de manera lenta pero segura, la extensión de bosques de galería y de bosque seco tropical.

Este sueño es la Reserva Natural de la Sociedad civil (RNSC) Yurumí, una propiedad de 555 hectáreas cerca a Puerto López, Meta. Si bien cualquier dueño de un predio que se suma a la figura de RNSC, deja una parte de su reserva para el emprendimiento de proyectos productivos sostenibles, Nicolás Umaña decidió destinarla completamente a labores de conservación, regeneración de los bosques y sabanas inundables, y reintegración de animales a la vida silvestre.

Nuestra directora Julia Miranda expresa en el siguiente clip de video, la esperanza y alegría que despiertan reservas como esta, y el extraordinario beneficio que traen para la vida silvestre de Colombia.

Yurumí posee 4 nacederos de agua y está rodeado por el río Yucao, un pequeño paraíso donde habitan residentes originales como alcaravanes, chigüiros, dantas y ocarros. Gracias al apoyo de CORMACARENA y Parques Nacionales Naturales, se realizó un estudio de las especies que podrían vivir en sus ecosistemas, y de la capacidad de carga que tendría el predio para recibir animales necesitados de un lugar para reincorporarse a la vida silvestre. Es así como se han recibido osos hormigueros, monos maiceros, osos meleros, zorros, babillas, tigrillos, ocelotes, hurones, mapaches, innumerable cantidad de loros, búhos, lechuzas, aguiluchos, anacondas, boas perdiceras y hasta la peligrosa botrox o 4 narices (pues como Nicolás dice “también tienen derecho a vivir”). Hoy día se registra su vida en el medio natural gracias a cámaras trampa instaladas por la reserva y por la Fundación Omacha.

CORMACARENA lleva los animales decomisados a particulares al Bioparque los Ocarros, donde son recuperados por veterinarios, y cuando están en condiciones de adaptarse nuevamente a la vida silvestre, muchos de ellos son liberados en Yurumí. En el 2017 tuvieron más de 300 animales liberados en jornadas de liberación emocionantes, cuyas imágenes adornan la galería de fotos de este artículo (tomadas por Paola Campo, esposa de Nicolás Umaña). El balance hasta ahora es la recepción de más de 500 animales en 21 liberaciones organizadas con el apoyo de CORMACARENA, Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible, Parques Nacionales Naturales y la Alcaldía de Puerto López.

Ser consecuentes con la tierra y su vocación natural

Yurumí conserva también serranía llanera; un ecosistema de biodiversidad única, cuyo suelo está caracterizado por colinas con suelo de roca no arable por tractor, entre cuyos pequeños valles crece bosque seco tropical y se presentan nacimientos de agua que alimentan ríos del llano. En la serranía crece un pasto nativo que sólo lo puede comer el ganado en su estado de retoño. La costumbre llanera ha sido quemar la serranía para esperar los rebrotes y poner a pastar el ganado. Es bastante mal negocio, pues si bien en terrenos con pasto brachiaria un proyecto ganadero puede tener hasta dos cabezas por hectárea (ha), en una finca ganadera de serranía no se podría tener más de 1 cabeza de ganado cada 10 ha. Cada vez que se quema la serranía, se le quitan 10 o 15 centímetros al bosque seco tropical o “mata de monte” como se le dice localmente, pues el fuego suele detenerse al toparse con ella.

Yurumí comenzó la reversión de este proceso hace 6 años. Por supuesto ya no se quema, y a simple ojo se nota la recuperación que ha tenido el bosque seco de los espacios que la candela le había quitado. La restauración ayuda también a este proceso, y en Yurumí se han sembrado árboles que restauren no solo la cobertura vegetal, sino melíferos y frutales que alimenten a la fauna. Ejemplo son ceibas, algarrobos, cedros, gualanday, caro caro, mango, guayaba y guamo entre otros. El balance hasta ahora: 8000 árboles nativos sembrados en la reserva.

Trabajar con el vecino para resolver problemas

Vecino de Yurumí es Bioenergy, con su sembradío de 17 mil hectáreas de caña de azúcar para la producción de etanol. La reserva resulta entonces importantísima para la amortiguación del impacto que dicho monocultivo ejerce sobre la fauna y flora de la zona. Hace un tiempo, a raíz de un derrame de cachaza por el rompimiento de un tubo y la consecuente afectación de un caño que llega hasta Yurumí, se presentó una crisis que se vieron obligados a subsanar de la mejor manera. Trabajaron juntos en la solución del problema y desde entonces se empezó a construir una relación de aliados que hasta hoy ha logrado la siembra de 5000 árboles por parte de Bioenergy; compensación tangible e interesante del impacto que genera la industria en la región.

Una historia para inspirar a muchos

Nicolás Umaña creció en el llano, por supuesto enamorado de esta región. Por el conflicto armado en Colombia, su familia debió dejar sus tierras. Sólo hasta el 2010 pudo emprender este gran esfuerzo y comprar Yurumí. No quería ser ganadero y menos agricultor pues la tierra no tiene esa vocación. Andrea Svenson directora de la Red Colombiana de Reservas Naturales de la Sociedad Civil – RESNATUR en ese momento, lo entusiasmó para volver a Yurumí una Reserva. La resolución de RNSC se logró en el 2015 y en el camino andado hasta ahora, la agencia de comunicación de Nicolás; CROP Asuntos Públicos, sumó a Yurumí como su proyecto de responsabilidad social empresarial. Los clientes saben que aportan a un proyecto que siembra futuro y eso marca una gran diferencia. Desde entonces son ejemplo para muchas pequeñas y medianas empresas de Colombia y demuestran que siempre es posible aunar a la productividad empresarial, proyectos ambientales y socialmente responsables “más grandes que uno mismo” como dice Nicolás Umaña.

Si usted quiere motivar a su empresa, o es propietario de una tierra y quiere volverlo una RNSC, consulte este enlace:

Reservas Naturales de la Sociedad Civil

 

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