Es este el aspecto que hace único al Parque Nacional Natural Río Puré, su declaración el 5 de agosto de 2002 no sólo fue para proteger la biodiversidad representada en el área sino el territorio y la cultura de una de las pocas etnias aisladas que aún vive en nuestro país, los yurí (que en lengua yucuna significa Bravo), también conocidos como arojes o caraballos han huido del contacto con la civilización. La Nación consciente de esta decisión protege su territorio para que no se dé el contacto de manera que se vea amenazada la existencia de este grupo.

Sobre las cabeceras corregimentales de Tarapacá, Arica y La Pedrera, zona de influencia del Parque Nacional Natural Río Puré, se concentra la mayoría de la población, conformada por diferentes grupos humanos entre los que se destacan indígenas como: Tanimuka, Letuama, Macuna, Matapí, Yucuna, Bora, Miraña, Yujup, Barasano, Cubeo, Cabiyarí, Carijona, y al sur con etnias Tikunas, Boras y Huitotos. Además habitan campesinos y colonos de diferentes lugares del centro del país.

Desde su creación, la gestión de esta área protegida se fundamenta en la participación y coordinación de la función pública de la conservación, en especial con grupos indígenas principalmente con los Resguardo Curare los Ingleses de la asociación AIPEA y el Resguardo Cotuhé-Putumayo CIMTAR, además viene adelantando gestión con las comunidades en la zona fronteriza con Brasil.