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Para evitar conflictos entre ganaderos y oso andino. Comunicado de PNN Las Hermosas

PNN Las Hermosas Laguna Las Mellizas_2009.Eduardo_Sandoval

MEDELLÍN, MAYO 17 DE 2018.

En hechos aún por confirmar, pobladores del corregimiento La Nevera, sector aledaño al Parque Nacional Natural Las Hermosas, ubicado en la Cordillera Central en la Región Andina de los Andes colombianos, aseguraron ayer miércoles que una hembra de oso de anteojos y con crías, habría atacado a un semoviente bovino de propiedad de uno de los habitantes de la zona. Según manifestaron los afectados, no sería la primera vez que se presenta uno de estos ataques. Según información suministrada a nuestros colaboradores de Parques Nacionales Naturales, se presume que los residentes del sector han decidido tomar represalias contra la especie, catalogada como Valor Objeto de Conservación en nuestras áreas protegidas.

Ante la situación denunciada en el corregimiento La Nevera, Néstor Roncancio Duque, asesor en Biología de la Conservación de la Dirección Territorial Andes Occidentales, indicó que “la situación no se resuelve matando al animal (oso), la situación se resuelve modificando esas prácticas de manejo del sistema productivo ganadero, que se orientan a aumentar la vigilancia sobre el ganado y tenerlo más cerca de la casa, pues lo que es común en estas zonas es que el ganado está en el páramo, expuesto y allí se hace más vulnerable al daño”.

Es necesario que la comunidad sepa que este tipo de situaciones se presenta porque el ser humano invade el territorio del oso generando una reducción y afectación de su hábitat y entre las principales consecuencias se da la ausencia de fuentes de alimentación, por ejemplo; y mientras hacemos eso también le ofrecemos otra fuente de alimentación que es el ganado bovino en la medida en que ponemos ese ganado en su territorio”.

¿Qué dice la ley?
Luz Dary Ceballos, abogada de Sancionatorio Ambiental de la Dirección Territorial Andes Occidentales de Parques Nacionales Naturales de Colombia, manifestó que en Colombia hay bastante regulación relacionada con las sanciones que se le pueden aplicar a las personas que maten un Oso de Anteojos u Oso Andino, las cuales pueden ir desde sanciones pecuniarias hasta penas privativas de la libertad, las cuales están consagradas en las siguientes normas: la Ley 1333 de 2009, la cual establece el procedimiento administrativo de carácter sancionatorio ambiental, que en su artículo 40 establece los tipos de sanciones en las que podrá incurrir una persona que cometa un daño o afectación al medio ambiente a los recursos naturales. Estas van desde multas hasta por 5 mil salarios mínimos legales mensuales vigentes. Este procedimiento puede ser iniciado al mismo tiempo con el proceso penal por daño contra los recursos naturales y el medio ambiente, consagrado en el artículo 331 del código penal, el cual consagra penas privativas de la libertad desde 48 hasta 108 meses; y multas desde 133.33 a 15 salarios mínimos legales mensuales vigentes a quienes causen cualquier tipo de daño a los recursos naturales. Así mismo, la Ley 1774 del 06 de enero de 2016 en su artículo 339A, capítulo de los delitos contra los animales, establece como sanción para la persona que maltrate o le cause muerte a un animal doméstico o silvestre, pena privativa de la libertad de 12 a 36 meses y multas de 5 a 60 salarios mínimos legales mensuales vigentes.

Puntualmente, lo que se recomienda en estos casos con el fin de no ir a incurrir en una conducta que pueda generar una sanción tanto administrativa como penal, que incluso pueda terminar en una privación de la libertad, es establecer acuerdos con las comunidades, mirar cómo se puede regular este tema, cómo podemos convivir con nuestros animales, porque especialmente el oso, juega un papel fundamental para nuestro ecosistema.

¿Cómo evitar los ataques?
Eso podría evitarse si tenemos unas prácticas de manejo adecuadas de ese ganado como el encierro y semiestabulación, pero lo que nos encontramos en estos paisajes es que el ganado lo dejan muy lejos de las casas, sin cuidado de los propietarios, no le dan vuelta frecuentemente y no tienen bebederos, por lo que están en las cañadas, cosa que los hace más vulnerables a los ataques. Otro aspecto que se da es que le enseñan al oso que el ganado es comida. Cuando no manejamos las mortalidades, cuando una vaca se rueda, por ejemplo, y muere, dejamos la carroña expuesta y le enseñamos al oso que eso también es carne, comida y después de que el oso sabe eso, ya tenemos un problema de conflicto.

¿Qué hay que cambiar?
La invitación a las comunidades es para dialogar y analizar cómo está diseñada la finca, cómo se hace la explotación del ganado y hacer algunas prácticas que ya han dado muy buen resultado, por ejemplo, en zonas como el Parque Nacional Natural Doña Juana Cascabel, en Nariño, en donde se instalaron bebederos, se dejaron zonas de aislamiento en las cañadas para conservación, se aislaron otras zonas para restauración y se acercó el ganado a la finca, estableciendo además un sistema de rotación de potreros. Estos son solo algunos ejemplos de lo que se hace finca a finca de acuerdo al análisis del manejo del sistema productivo. Se debe recordar que además del impacto ambiental que se genera, de la violación a la norma, matar al oso no soluciona el problema.

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