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#PonteLosAnteojosPorLaVida – Día Internacional para la protección de los osos del mundo

Distancia de conservación por el cuidado de los osos del mundo.

 

Conservar algo, cuidarlo o protegerlo, no necesariamente pasa por palpar, agarrar o ver de cerca, lo que queremos conservar. Estamos acostumbrados a entender el cuidado como algo íntimo y próximo, y a pensar aquello que cuidamos como palpable, visitable y asequible. Sin embargo, el reto de la conservación en Colombia es que logremos entender que, cuidar algo, salvaguardarlo o protegerlo, no siempre pasa por esta proximidad. Hay lugares, animales y costumbres que sólo pueden ser protegidos a distancia y esta distancia es un beneficio tanto para ellos como para nosotros mismos,  incluso, si en ocasiones, no entendemos bien cómo nos beneficia.  Este es el caso de ciertas especies de oso, como el oso andino, que necesitan que aprendamos a apreciarlos a distancia.

El oso andino (Tremarctos ornatus), también conocido como oso de anteojos,  es la única especie de oso que habita Sur América. Vive en la cordillera de los Andes en Venezuela, Colombia, Perú, Bolivia y Ecuador, entre 200 y hasta 4.750 msnm. Es considerada como la especie más carismática de la fauna silvestre en Colombia y se considera como el guardián de los páramos y del agua. Esto lo hace una especie sombrilla, lo que significa que su protección conduce a la conservación de  otras especies y ecosistemas y es un medidor del bienestar del medio ambiente.

Para que nos demos una idea de la apariencia de este animal, cabe anotar que el oso andino se caracteriza por su  pelaje negro oscuro, con manchas claras en el rostro, cuello y pecho, únicas en cada individuo. Los machos adultos erguidos sobre las patas traseras alcanzan a medir hasta 2 metros, con un peso de 140 a 175 kilogramos, mientras que las hembras son un tercio más pequeñas alcanzando una altura máxima de 1,6 metros.

El sentido más desarrollado de estos osos es el olfato, siendo siete veces más potente que el de un perro. Es importante tener en cuenta que este mamífero se alimenta principalmente de plantas como puyas y bromelias, de frutos dulces como la uva camarona, de animales silvestres como aves, venados e insectos y, ocasionalmente, de vacas y ovejas. El oso andino además, es un animal carroñero que contribuye con la descomposición de animales muertos.

Paradójicamente, a pesar de su importancia, el oso andino se ha catalogado como especie vulnerable a la extinción según los criterios de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) y del Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible.  La amenaza principal a la que se ve expuesta su existencia es la fragmentación de su hábitat natural, como también la cacería como práctica para exhibición, usos tradicionales o medicinales o como respuesta al ataque de ganado o consumo de cultivos de las comunidades aledañas a su hábitat. Más recientemente, estos osos se han visto amenazados como parte de esquemas de turismo irresponsables que con la promesa “conocer al oso de cerca”  lo acechan y alteran su dieta al ofrecerle carnadas para que los turistas se puedan aproximar a él.

Es aquí donde nos encontramos con la paradoja de la distancia por cuenta de este animal hermoso y carismático, que despierta simpatía y curiosidad, al que queremos cuidar, pero también queremos conocer.

Este miércoles 21 de febrero se conmemora Día Internacional para la Protección de los Osos del Mundo, y Parques Nacionales Naturales de Colombia nos invita a que asumamos esta celebración como una oportunidad para repensar la conservación, el cuidado y la protección de lo que nos importa, desligados de la idea de proximidad y cercanía.  Esta celebración merece nuestro esfuerzo para volvernos socios y cómplices del entendimiento de todas las dimensiones de la conservación.

 

 

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